Gran parte del éxito de los pseudocientíficos en engañar a la sociedad sobre la vida extraterrestre con historias de ovnis y abducciones, además de la poca cultura científica general, es el hecho de que no proporcionamos información sobre la existencia de proyectos y trabajos serios que se realizan con ese propósito.
Ello también es alimentado con las versiones de secretos que guardan los científicos o instituciones de ciencia por parte de los seudocientíficos. Por ello, intentaré resumir en este artículo varios aspectos en torno a esas versiones.
En primer lugar, podemos pensar que es muy curioso que, quienes viven dedicados a la observación del cielo son quienes precisamente nunca ven algo extraño o interpretan algún fenómeno en el cielo como un ovni.
Recordemos que ovni son las siglas de «objeto volador no identificado». El manejo como sinónimo de nave extraterrestre es lo que nos han inculcado los ppseudocientíficos.
Por lo anterior, los astrónomos que son quienes están dedicados a la observación del cielo, pueden en ocasiones llegar a ver ovnis, pero existiendo una cultura de observación y manteniendo una actitud científica, llegan a interpretar el fenómeno observado sin calificar el mismo o investigan su origen.
De esta forma, un satélite, un meteorito moviéndose en dirección al observador u otros fenómenos, tienen respuesta para el astrónomo antes de asumir que sea algo extraordinario.
En la actualidad se suma a esto, los múltiples sistemas de telescopios automatizados que estan obteniendo imágenes en busca de asteroides, cometas o supernovas. Muchos de estos telescopios tendrían oportunidad ocasionalmente de captar ovnis y, sin embargo, esto no ocurre.
¿Guardar secretos los astrónomos sobre algo que observaron? Sumamente improbable. La comunidad astronómica mantiene una estrecha comunicación entre sí y el intercambio de información es impresionante. Por ello, cualquier observación extraordinaria sería muy difícil que pudiera mantenerse en secreto y sería rápidamente filtrada.
Entonces, ¿qué hacen los investigadores sobre el problema de la vida extraterrestre? Se habla normalmente de que hay proyectos serios. ¿Cuáles son, quien los hace y dónde?
Veámoslo.
En la Tierra
Investigadores exploran principalmente el continente Antártico en búsqueda de meteoritos marcianos que en el transcurso de millones de años se han encontrado con nuestro planeta después de largas travesías por el medio interplanetario como producto de impactos en el planeta rojo. Tales impactos de asteroides con Marte, parte de la historia de nuestro Sistema Solar, han provocado que rocas marcianas salgan disparadas al impacto y hayan alcanzado la velocidad de escape del planeta para quedar viajando en el espacio.
La fortuna de identificar esos meteoritos como marcianos, es gracias a tener la referencia de los constituyentes en el suelo marciano desde 1976 gracias a las sondas Vikingo, que analizaron el suelo marciano.
El estudio de estas muestras en los laboratorios permitió en 1996 localizar lo que posiblemente fueran fósiles de bacterias. Aunque ha habido una fuerte discusión al respeto, la posibilidad se mantiene.
Por otra parte, varios centros de investigación mantienen centros de Astrobiología, donde se simulan condiciones de planetas, satélites naturales, atmósferas y suelos, para revisar las posibilidades de desarrollo de algún tipo de vida. NASA mantiene uno de estos laboratorios en el Ames Research Center.
En el Sistema Solar
Paralelo al propósito de incrementar nuestro conocimiento sobre los cuerpos del Sistema Solar con el estudio por sondas interplanetarias, ha estado el interés perene de la búsqueda de señales de vida. Desde Mercurio hasta Neptuno, incluyendo satélites naturales, asteroides y cometas.
Es evidente el especial interés en el estudio del planeta Marte. Es el cuerpo del Sistema Solar que más ha sido estudiado en la historia de la exploración espacial. El estudio reciente y aún activo de los robots motorizados Spirit y Opportunity sobre el suelo marciano, ha incrementado notablemente nuestro conocimiento sobre el pasado del planeta y las evidencias de que el agua fue un elemento importante en Marte, aumentando también la posibilidad de que aun existiera tal elemento en el subsuelo y, con ello, también la posible existencia de alguna forma elemental de vida. Tal estudio continuará en las próximas décadas e incluso ya esta aprobada una misión en el 2014 para traer muestras directamente del suelo marciano.
Entre los cuerpos candidatos a presentar algún vestigio de vida elemental, se encuentran listados especialmente los satélites naturales de Júpiter, Europa y Ganímedes, así como Titán, satélite de Saturno.
Existen indicios de que Europa podría contar con un océano bajo su suelo congelado y ya hay varias propuestas de misiones con sondas automáticas para orbitarlo e incluso, de existir tal océano, enviar submarinos automatizados. Ganímedes también presenta posibilidades.
Sobre Titán, con una rica atmósfera, tendremos mayores elementos para afirmar tal posibilidad en diciembre del presente año, cuando la sonda Huygens sea separada de Cassini que orbita al planeta, para tener un descenso sobre el satélite y realizar mediciones in situ de su atmósfera y, si sobrevive, del suelo de Titán.
Mucho se ha teorizado de que los cometas podrían ser los portadores de moléculas de vida. Las próximas misiones Deep Impact de NASA y Rosetta de la Agencia Europea del Espacio (ESA), habrán de darnos mucha información al respecto.
Más allá del Sistema Solar
Son cada vez más comunes las noticias sobre descubrimiento de planetas extrasolares. Esto es, planetas que giran en torno a otras estrellas. El avance tecnológico que ha impactado al equipo de observación y el refinamiento de las técnicas mismas de observación, ha permitido que en sólo el último quinquenio, el número de planetas extrasolares se incremente sorprendentemente.
La última estadística de la Enciclopedia de Planetas Extrasolares, nos indica la existencia de 117 sistemas planetarios con 133 planetas y 13 sistemas con múltiples planetas.
Si bien estos planetas localizados son en su mayoría de gran masa y tamaño, estamos cada vez más cerca de encontrar planetas de masa similar a la Tierra y con ello, al menos la primera condición favorable para la posible evolución de la vida.
Incluso, aunque estan a discusión imágenes de posibles planetas extrasolares, no pasará mucho tiempo en que estas sean logradas.
Con este objetivo, varias misiones espaciales se sumarán en los próximos años.
Por otra parte, tenemos que revisar el mayor proyecto de búsqueda de vida inteligente activo actualmente: SETI, siglas de Search for Extra-Terrestrial Inteligence (búsqueda de inteligencia extraterrestre).
Recordemos que en el propósito de buscar vida extraterrestre, tenemos que plantear si estamos buscando vida elemental como lo pueden ser bacterias, o vida inteligente, donde tomamos como parámetro, obviamente, al homo sapiens.
Es altamente factible que en un futuro próximo encontremos señales de vida elemental en algún lugar de nuestro Sistema Solar, como los señalados anteriormente.
Sin embargo, localizar una civilización que al menos estuviese tan avanzada como la nuestra, es todo un reto.
Una de las alternativas en este propósito es SETI. Fundamentalmente consiste en escuchar en el espacio esperando captar alguna señal en frecuencias indicadoras de que una civilización estuviera emitiendo mensajes.
El historial de SETI es grande y data de 1959 bajo la propuesta de Frank Drake. Después de muchos contratiempos, SETI ha avanzado sustancialmente con la novedosa y muy eficiente propuesta de involucar a cualquier persona con un computador y conexión a Internet.
El increible monto de datos colectados con radiotelescopios a la escucha de señales como el de Arecibo, Puerto Rico, planteaba la necesidad enorme de procesarlos y analizarlos. Ningún computador podría realizar tal trabajo.
Ante ello, surgió la propuesta de David Anderson y Dan Werthimer de crear un software en forma de salva-pantallas que cualquier persona pudiera tener en su computador para analizar paquetes de información mientras no utiliza su equipo.
Así nació SETI@Home.
Iniciado este proyecto en 1999 y ante la gran sorpresa de sus impulsores, actualmente más de cinco millones de usuarios se encuentran analizando las señales de radio en búsqueda de inteligencia extraterrestre. Ellos han realizado el trabajo en el cual un solo computador hubiera necesitado más de dos millones de años en efectuarlo.
SETI tiene un riguroso sistema de verificación de las señales para evitar errores. Cualquier señal candidata a proceder de una civilización extraterrestre será verificada en diversas formas y, en caso de ser positiva, su anuncio sería a través del Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas.
Una variante poco conocida de SETI es la búsqueda óptica que se encuentra en desarrollo. Esto significa no sólo recurrir a las señales de radio, sino a la parte óptica e infraroja del espectro.
Como se verá en esta síntesis, la búsqueda de vida extraterrestre es un tema importante en el ámbito científico. De igual forma, se trata con toda la rigurosidad y la importancia que tiene. ¿Podrían imaginar el tremendo impacto desde cualquier perspectiva cuando se anunciara que hemos contactado una civilización extraterrestre? Recuerden la novela o la película Contacto.
«Afirmaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias», decía Carl Sagan.
Alguien más también señalaba, «La mejor prueba de que hay vida inteligente en el Universo, es que no nos han visitado».
Más información
- Área de Astronomía del Departamento de Investigación en Física de la Universidad de Sonora.
- Ovnis a mogollón, Luis Alfonso Gámez.