S106 se encuentra a una distancia de unos 2000 años luz de la Tierra. En su interior, se sitúa una estrella masiva, con 20 veces la masa del Sol, conocida como ISR4 (fuente infrarroja 4). Esta estrella tiene alrededor de cien mil años, y es la responsable de la forma de esta nebulosa, al encontrarse el material fluyendo hacia fuera de la estrella centralUn enorme disco de gas y polvo alrededor de IRS4 produce la concentración central, dando a la nebulosa un aspecto de reloj de arena.
Los rayos ultravioleta emitidos por IRS4 ionizan el gas circundante, que sobre todo es hidrógeno, creando lo que los astrofísicos llaman una región HII. El color azul de las partes centrales provienen de la emisión del hidrógeno gaseoso: se trata de una nebulosa de emisión. Gracias a que la imagen es muy buena, se pueden ver detalles dentro de esta zona, como rizos de material La región rojiza en las afuera de la estructura es una nebulosa de reflexión, producida cuando las partículas de polvo reflejan la luz de la estrella central. La imagen infrarroja permite apreciar claramente las diferencias de color y de estructura entre las zonas de emisión y reflexión, algo que no lo haría una imagen en visible por la absorción del polvo en estas longitudes de onda.
Un estudio detallado de esta imagen de S106 ha revelado cientos de débiles objetos jóvenes en torno a la estrella central y a través de toda la nebulosa. La masa de estos objetos es menor que 0,08 veces la solar, demasiado pequeña para conseguir encender el núcleo de la protoestrella mediante las reacciones termonucleares de hidrógeno en helio. Estas estrellas frustadas reciben el nombre de enanas marrones. Las estimaciones de la masa de los objetos más pequeños descubiertos son sólo de unas pocas veces la del planeta Júpiter. El mecanismo que origina estos objetos de baja masa aún no está muy claro.
Ángel Rafael López Sánchez es Presidente de la Agrupación Astronómica de Córdoba y
Astrofísico Residente del Instituto de Astrofísica de Canarias.