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Mancha solar observable a simple vista
Víctor R. Ruiz

Mira, la estrella cometa

Una mancha en el Sol

Si observa el Sol justo cuando se pone o justo cuando sale por el horizonte, quizás tenga la oportunidad de observar la mancha solar más grande de los últimos diez años. Actualmente se puede ver en su superficie una gran mancha que se ha ido desarrollando en las últimas semanas hasta alcanzar un tamaño descomunal, cuya extensión caben varias Tierras.

La mancha, catalogada como AR9393, es la mancha más grande desde el año 1991 y es la más grande del presente ciclo solar. Sin embargo, no ha llegado a ser tan grande como la de 1989, que produjo una tormenta solar con severas consecuencias en la Tierra; o la de 1947, que llegó a tener tres veces la superficie de AR9393.

Para observar esta mancha a simple vista, es recomendable usar algún tipo de protección, de igual forma que cuando observamos un eclipse de Sol, ya sea proyectando su imagen en una cartulina u hoja blanca o con gafas especiales de Mylar. No se debe observar directamente al Sol ni a simple vista ni con instrumentos ópticos.

Las manchas y la actividad solar

Aunque el Sol es uno de los objetos celestes más grandes, el estudio
detallado de éste sólo pudo realizarse después de la invención del
telescopio, en 1610. A partir de aquí, es cuando se comienzan a tener
registros contínuos de la actividad solar.

El primer análisis científico del ciclo actividad solar vino de la mano del
alemán Heinrich Schwabe en 1843, quien, en base a sus propias observaciones,
publicó un trabajo en el que afirmaba que las manchas solares parecían tener
un ciclo de unos diez años durante los cuales se pasaba de no detectar
ninguna mancha a, progresivamente, ver decenas. Rudolf Wolf, otro almenán,
tuvo conocimiento de este trabajo y en 1848 publicó otro trabajo en el que se
incluyeron los datos de varios observatorios, completando la gráfica de
actividad desde el año 1610 y arrojando una media de 11,1 años para el ciclo
de actividad solar. Desde entonces se han obtenido ciclos que varían desde
los 9 hasta los 14 años.

La causa del ciclo de actividad solar es otro de los grandes misterios de que
aún quedan por explicar satisfactoriamente.

El seguimiento del ciclo solar por parte de un astrónomo aficionado es muy
sencillo de realizar, ya que sólo se necesita registrar regularmente el
número de manchas que aparecen en el disco solar.

La importancia de la investigación del Sol y de la actividad de las manchas solares radica en que son las responsables directas de las erupciones de material que se produce en la superficie solar. Cuando estas erupciones llegan a la Tierra, producen una tormenta geomagnética, cuyo efecto más visible son las auroras boreales. Sin embargo, también producen otros efectos negativos como el daño a los satélites artificiales e incluso a los tendidos y centrales eléctricas. La tormenta solar de la Gran Mancha de 1989 produjo una perturbación en el campo magnético terrestre que causó el fallo del sistema eléctrico de Hydro-Quebec, dejando sin luz a 6 millones de personas en Canadá y EEUU durante más de nueve horas.

Qué son las manchas solares.

Históricamente se conoce a las manchas solares dado que se ven como puntos o
regiones negras en el disco solar. Fue Galileo Galilei quien por primera vez
hizo un seguimiento serio de las manchas solares con su telescopio,
determinando que el Sol rotaba con un periodo de 27 días, pero algunas de las
más grandes ya fueron detectadas visualmente por los astrónomos chinos desde
hace más de 2000 años.

Las manchas solares son regiones más oscuras y frías que la superficie solar.
En una mancha se distinguen dos zonas, la umbra, zona oscura, y la penumbra,
zona menos oscura que la umbra.

Las manchas solares se ven más oscuras simplemente porque tienen una
temperatura menor que el resto de la fotosfera. La umbra suele tener unos
4200° K, mientras que la fotosfera, recordemos, tiene alrededor de 5800° K.

Las manchas solares tienen diferentes ciclos de vida. Se suelen asociar en
grupos de hasta 100 manchas que pueden llegar a durar 2 meses, unas dos
rotaciones solares.

Aunque pueden llegar a presentar una morfología muy complicada, generalmente
aparecen en dúos, con polaridad magnética contraria. Por supuesto, también se
asocian en grupos. Estos grupos, inicialmente, surgen a partir de varias
manchas pequeñas, las cuales van aumentando en tamaño y número con el
transcurrir de los días. Los grupos que más se desarrollan pueden llegan a
tener una esperanza de vida de dos meses, pero la mayoría presenta una
evolución más simple y corta.

Existen diferentes y variadas teorías sobre la formación de manchas solares,
aunque está claro que tienen un origen magnético. Debido a que el Sol posee
rotacion diferencial a distitas latitudes, esto es, no rota como un astro
sólido, se cree que las líneas de los campos magnéticos se cruzan y retuercen
en determinadas regiones. Debido a la gran intensidad del campo magnético en
estas zonas, el gas ionizado (cargado eléctricamente) es repelido, haciendo
que disminuyan las corrientes de convección y por tanto la temperatura, causa
de la creación de la mancha.

(( Foco ))

Para la mayor parte de los seres humanos hacinados en ciudades, el Sol no es más que un objeto de deseo estival, que determinará el éxito de nuestras vacaciones en la costa o del bonito bronceado de nuestra piel. Sin embargo, el Sol es la fuente de energía más importante, del que depende toda la vida en la Tierra (o casi toda). No en vano, la mayoría de las religiones representan a su deidad más importante como el Astro Rey. No es de extrañar que hayan científicos que opinan que el tan cacareado cambio climático puede ser debido a insignificantes diferencias en el flujo de energía solar que nos llega. ¡Qué sería de nosotros si el Sol se volviera loco! Conocer su complicadísima dinámica es indispensable para comprender nuestro propio ecosistema planetario.

Heliofísica