Un planeta peculiar
Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto el planeta extrasolar más pequeño conocido hasta la fecha. Tiene casi dos veces el diámetro de la Tierra y gira cada 20 horas entorno a su estrella. El planeta, de nombre de COROT-Exo-7b, ha sido descubierto por el satélite francés COROT. Hasta ahora, los planetas extrasolares más pequeños observados tenían entre 5 y 7 masas terrestres, y los más grandes eran como Júpiter o mayores, de tipo gaseoso. Esta es la primera vez que se detecta, sin género de dudas, un planeta de tipo terrestre.
El descubrimiento fue confirmado por otros observatorios, entre los que se encuentran el de Paranal del ESO en Chile, los del Instituto de Astrofísica de Canarias, y los de Hawaii. El equipo de investigadores está liderado por el francés Alain Léger, pero ha contado con la participación del español Roi Alonso (Observatorio de Marsella) y Hans Deeg (Instituto de Astrofísica de Canarias).
La estrella a la que orbita este planeta extrasolar está situada a 460 años luz del Sistema Solar. CoRoT-Exo-7b produce un descenso del 0,04% del brillo de su estrella, lo que corresponde un diámetro de 1,75 veces el de la Tierra. Pero este planeta, aún siendo de tamaño similar al de nuestro planeta, es bastante diferente. En primer lugar, como revela su periodo de traslación, el planeta está situado muy cerca de la estrella, por lo que su temperatura superficial es de unos 1200°C. La vida tal y como la conocemos aquí es imposible. Además, gracias a las observaciones realizadas mediante el telescopio de 3,6 metros del ESO en Chile, se ha podido estimar la masa de este planeta, que se sitúa entre las 3 y 6 masas terrestres.
Con las estimaciones de masa y diámetro se puede calcular la densidad. Y aquí es donde está la sorpresa: podría ser bastante menor que la de la Tierra. ¿Es CoRoT-Exo-7b un nuevo tipo de planeta, los planetas oceánicos, mitad agua y mitad roca? Alain Léger: «Es una cuestión que fascina a la comunidad en los últimos años: ¿existen los planetas-océano? Estos objetos se compondrían principalmente de hielo desde su formación y al ir acercándose a la estrella, el hielo se derrite y vuelve líquida la superficie». Sin embargo, el error de estimación de la densidad no descarta que sea rocoso y, por tanto, con una superficie de lava. Harán falta de más observaciones que permitan caracterizar mejor la naturaleza del planeta.
Descubrir planetas extrasolares
En 1995, Michael Mayor y Didier Queloz, dos astrónomos pertenecientes al Observatorio de Génova, descubrieron indirectamente el primer planeta extrasolar orbitando a 51 Pegasi mediante el efecto Doppler. Esta estrella es de tipo solar y puede ser vista simple vista. El planeta tiene la mitad de masa que Júpiter y orbita a una distancia 7 millones de kms, 8 más cerca que Mercurio del Sol. Desde entonces se han descubierto 330 planetas extrasolares.
Salvo un par de notables excepciones, la mayor parte de planetas extrasolares han sido detectados por métodos indirectos. La luz de las estrellas es tan brillante que, con la tecnología actual, impiden la observación directa de los planetas. La técnica que más éxito ha tenido para descubrirlos ha sido es la medida de la velocidad radial de las estrellas. Los astrónomos, emulando a la policía de carretera con sus radares, son capaces de medir la velocidad a la que se acercan o alejan las estrellas. Si hay planetas masivos orbitando a la estrella, esta velocidad sufre variaciones periódicas y los instrumentos son capaces de detectar su presencia. Por esta razón, la mayor parte de planetas extrasolares descubiertos son masivos, iguales o mayores que Júpiter.
La otra técnica de descubrimiento de planetas extrasolares que está dando buenos resultados es la de tránsitos. Este método se basa en medir el brillo de una estrella, que es exactamente para lo que se diseñó COROT. La variación del brillo de una estrella ofrece información sobre su actividad, bien sean manchas solares, bien las pulsaciones internas (heliosismología). Pero las variaciones de brillo también pueden estar causadas por pequeños eclipses que ocurren cuando el planeta pasa por delante de la estrella. En el caso de los planetas de tamaño terrestre, la luz de la estrella varía solo en una parte por 10 mil.
No en todas las estrellas con planetas se producen tránsitos, porque es necesario que la posición de la órbita del planeta, vista desde la Tierra, sea la adecuada. La atmósfera terrestre complica mucho la medición precisa del brillo de las estrellas, así que se necesitan telescopios en el Espacio. La técnica de los tránsitos obliga a los astrónomos a observar muchas estrellas a la vez, para aumentar la probabilidad de detectar los eclipses. Los tránsitos más fáciles de detectar son aquellos producidos por planetas voluminosos y de corto periodo. Los planetas pequeños producen variaciones de brillo pequeñas. Si los planetas tienen largos periodos de traslación producirán eclipses de difícil confirmación.
Satélites a la caza de planetas terrestre
COROT es un pequeño telescopio espacial puesto en órbita el 27 dic 2006 en un cohete Ariane. Se trata de una misión liderada por Francia, pero cuenta con colaboración de Brasil y varios países europeos, entre ellos España. El objetivo de COROT es observar los modos de vibración de las estrellas (astrosismología) y detectar planetas extrasolares mediante la técnica de tránsitos. Los ingenieros y científicos de la misión no esperaban que la sensibilidad de COROT fuera tan grande y esto le ha permitido descubrir una buena cantidad de planetas extrasolares. Esta extrema sensibilidad del satélite ha puesto a tiro la posibilidad de descubrir tránsitos de planetas de tamaño similar a la de la Tierra, algo para lo cual se estaban diseñando otras misiones espaciales de gran presupuesto y complejidad tecnológica.
Precisamente, el próximo mes de marzo se lanzará el satélite Kepler. Construido por la NASA, tiene la misión de detectar planetas terrestres en otras estrellas. En general, intentará determinar qué porcentaje de planetas se encuentran en las zonas de habitabilidad de sus estrellas, y estimar sus tamaños y órbitas.
Sin embargo, habrá que utilizar otros telescopios para poder conocer la composición química de los planetas extrasolares, y desarrollar técnicas de observación más precisas para poder obtener imágenes directas de planetas de tamaño terrestre. Estudiar la composición química y conocer la temperatura de los planetas extrasolares nos situará un paso más cerca de detectar vida fuera de la Tierra que es, sin duda, uno de los sueños actuales de los científicos.
Más información
- El satélite CoRoT descubre una SuperTierra, Instituto de Astrofísica de Canarias.
- El planeta extrasolar más pequeño jamás descubierto, CNRS (en francés).