Es costumbre al inicio de cada año presentar las efemérides astronómicas de los fenómenos más notables a ocurrir. También se indica el hecho de que pueden presentarse fenómenos sorpresivos en cualquier momento. Eso precisamente ocurre en esta semana que inicia.
Tal fenómeno es un «tren» de cometas se aproxima a la Tierra y dará la oportunidad por primera vez de poder ver al menos dos cometas en un mismo sector del cielo. Es el Cometa 73P/Schwassmann-Wachmann 3 que se encuentra en un proceso de fragmentación especialmente interesante para aprender más sobre la naturaleza de estos cuerpos.
En el pasado ha sido posible observar otros cometas fragmentados como el Cometa Donati (1858) o el Cometa West (1976). El más famoso de todos es el Cometa Shoemaker-Levy 9 descubierto ya fragmentado en 21 partes en 1993. Los cálculos permitieron establecer que este cometa, atrapado por la interacción gravitatoria de Júpiter, se impactaría con el planeta en julio de 1994, en un hecho muy frecuente en la historia del Sistema Solar pero que jamás había sido observado.
El Cometa 73P/Schwassmann-Wachmann 3, descubierto originalmente por Arnold Schwassmann y Arno Wachssmann de Alemania en 1930, se rompió en tres partes en 1995, aparentemente por tensiones térmicas en su núcleo, en lo que se considera es el principio de su fin. A principios de marzo del presente año, ya se registraban ocho fragmentos y en la actualidad rebasan los 40 fragmentos.
El hecho trascendente con este cometa, es la ventaja de la corta distancia que estará de nuestro planeta entre el 12 y 14 de mayo, lo que permitirá observar fácilmente a simple vista al menos dos de los fragmentos, mientras que los otros requerirán desde binoculares hasta telescopios de tamaño pequeño a mediano.
La distancia a que estarán los fragmentos del cometa 73P van entre los 9 a los 11 millones de kilómetros. Es la mayor aproximación de un cometa a la Tierra en los últimos ochenta años. Tal distancia, no presenta ningún riesgo de colisión para nuestro planeta.
Miles de telescopios en todo el mundo, desde los pequeños a medianos de los aficionados hasta los gigantescos de los observatorios y el Telescopio Espacial Hubble, estarán enfocados las noches de toda esta semana hacia el cometa 73P para estudiar la evolución de los fragmentos y vigilar los posibles rompimientos que ocurran en los mismos.
Un inconveniente para las observaciones será la presencia de la Luna que llega a fase llena la noche del viernes 12 de mayo. Por ello, puede ser difícil percibir los cometas a simple vista aunque su brillo si sea lo suficiente para ser vistos. Lo recomendable es, al menos, utilizar binoculares. Los cometas se percibirán como «estrellas» nebulosas con pequeñas colas. Su movimiento entre las estrellas será notable si se observa durante varios minutos y, mayormente, de día a día.
Para quien desee observar los cometas, es conveniente no sumar al brillo de la Luna el de las luces de la ciudad. Por ello es conveniente buscar lugares oscuros hacia el Este de las ciudades logrando así que las luces queden en el punto opuesto a la región de observación.
Los fragmentos del cometa pueden ser vistos hacia el Este después de la medianoche. Se estarán moviendo los próximos días por las constelaciones de Hércules, Lyra y el Cisne.