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Cometas en el Cinturón de Asteroides
José A. Duque Vozmediano

Dos astrónomos del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawai parecen haber descubierto una nueva clase de objetos que orbitan alrededor de nuestro Sol, en el espacio situado entre los planetas Marte y Júpiter: ¿cometas disfrazados de asteroides?

El pasado 23 de marzo, Henry Hsieh y David Jewitt publicaron en la revista Science Express que el asteroide del cinturón principal 118401 (1999 RE70) tiene desarrollada una cola de polvo similar a la de los cometas. Aunque la cola es demasiado débil para obtener medidas espectroscópicas, Hsieh y Jewitt infieren, por la velocidad del polvo y la larga duración de la actividad, que la cola se desarrolla conforme el agua helada se sublima en su superficie (pasando directamente de estado sólido a gaseoso).

Si resulta cierto que este polvo es rico en agua, el descubrimiento (junto con el del otro asteroide que habría desarrollado una cola, P/2005 U1>, y el 133P/Elst-Pizarro indicaría que existen tres cometas en el cinturón principal.

Normalmente, los cuerpos helados moran en las partes más frías de nuestro sistema solar, el cinturón de Kuiper y la nube de Oort. Cuando se aventuran dentro de la órbita de Júpiter, el hielo de su superficie se sublima, que es como los cometas adquieren sus famosas colas. Los astrónomos asumen desde hace tiempo que cualquier cuerpo helado del cinturón principal de asteroides habría desaparecido hace eones; pero Hsieh afirma que esta nueva clase de asteroides presentan evidencias convincentes de la existencia de agua en su superficie; según sus palabras, «la actividad que observamos sólo puede ser explicada por hielo que se sublima».

Los tres «cometas-asteroides», al igual que el resto de cuerpos del cinturón principal de asteroides, parecen ocupar órbitas estables y casi circulares. Puesto que los modelos por ordenador sugieren que es altamente improbable que cometas del sistema solar exterior pudieran haber sido desviados hacia una órbita circular, los asteroides probablemente se formaron dentro del cinturón principal, con una gruesa capa de regolito protegiendo sus interiores helados. Quizás ahora vemos esta sublimación porque un impacto pudiera haber producido un agujero en la capa de regolito, permitiendo al hielo escapar.

Hsieh y Jewitt van más allá y especulan que otros asteroides con órbita entre Marte y Júpiter podrían ser igualmente ricos en hielo y haber contribuido a la creación de los océanos de nuestro planeta. Los geólogos piensan desde hace tiempo que los impactos cometarios podrían haber proporcionado la mayoría del agua a la Tierra; sin embargo, cuando los investigadores examinan el hielo de los cometas procedentes de la Nube de Oort encuentran porcentajes de isótopos drásticamente diferentes de aquellos presentes en el agua de los océanos terrestres. Estos nuevos cuerpos del cinturón principal de asteroides podrían ser la evidencia que esta hipótesis necesitaba.

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