Especialmente al inicio de la noche o antes del amanecer, basta con que nos mantengamos atentos unos minutos observando el cielo, para percibir algún punto luminoso moviéndose lentamente entre las estrellas. Evidentemente no es un avión. Su brillo puede variar e, irremediablemente, comenzará a disminuir para desaparecer.
Si usted ha tenido oportunidad de ver algo parecido, ha observado un objeto que se encuentra en el espacio, orbitando la Tierra.
Satélites artificiales
Desde el inicio de la era espacial el 4 de octubre de 1957, con el lanzamiento del satélite soviético Sputnik 1, se planteó la posibilidad de que estos objetos fuesen percibidos a simple vista. Tal hecho no fue posible hasta que los satélites alcanzaron un tamaño considerable.
Uno de los primeros satélites que se volvieron famosos al verse por las noches, fue el Echo. Consistía en una envoltura de plástico para estudiar las partículas rarificadas en la alta atmósfera. La envoltura era inflada con gas y en el caso del Echo 1, lanzado el 12 de agosto de 1960, alcanzó los 30 metros de diámetro. El Echo 2, lanzado el 25 de enero de 1964, llegó a un diámetro de 41 metros. Esto permitía que fuesen visibles como una estrella brillante deslizándose por el cielo.
En la actualidad, el número de objetos espaciales visibles se ha incrementado y prácticamente cualquier noche despejada es posible captar uno de ellos en el cielo, especialmente al inicio de la noche. Más interesante es la observación cuando sabemos la naturaleza del objeto que observamos.
Cómo observarlos
Pero debemos antes tomar algunas consideraciones sobre su visibilidad:
- Son visibles sólo al inicio o fin de la noche. Esto ocurre porque el objeto refleja la luz del Sol y, por lo tanto, lo vemos únicamente mientras recibe la luz del mismo. Por la altura a que se encuentra, aunque para nosotros ya inicia la noche o aún no concluye, el objeto aún recibe la luz solar.
- El objeto comienza a desaparecer lentamente cuando entra en el cono de sombra que proyecta la Tierra en el espacio. Por eso deja de ser visible.
- La luminosidad del objeto depende de varios factores como el tamaño, tipo de superficie, presencia de paneles solares o antenas.
- Los satélites normalmente están girando sobre su eje y también su superficie va cambiando de posición conforme esta orbitando. Por ello, es posible ver cambios en su luminosidad y en ocasiones destellos.
Algo fundamental para localizar uno de estos objetos, es poder ubicar los puntos cardinales desde el lugar donde nos encontramos. Los básicos son el Norte, Este, Sur y Oeste (N, E, S y W). Los puntos intermedios entre cada punto son Noreste (NE), Sureste (SE), Suroeste (SW) y Noroeste (NW). Aún entre estos puntos hay puntos intermedios. Como un ejemplo esta el ENE o Este-noreste.
Otro aspecto a considerar son lo que en Astronomía llamamos altura, y zenit. El primero se miden en grados y el zenit es simplemente el punto que esta justo
La altura se mide del horizonte hasta el zenit y son 90°. Del horizonte a la mitad de la distancia serán 45° y así, aproximadamente.
Lo más
Aunque hay muchos objetos que pueden verse, los más notables son tres:
- La Estación Espacial Internacional. Por su tamaño y extensión de sus paneles solares, regularmente es brillante. Hay que recordar que en ella habitan permanentemente dos astronautas.
- El Telescopio Espacial Hubble. Es el famoso telescopio que desde 1990 nos ha brindado las más bellas imágenes del Universo. Tiene un espejo de 2,4 metros de diámetro y paneles solares.
- Los satélites Iridium de comunicaciones.
Importante será que su reloj se encuentre a la hora precisa ya que la visibilidad de estos objetos es puntual.
Si desea observar objetos espaciales, consulte la página Heavens Above.
Antonio Sánchez es director del Observatorio Carl Sagan del Área de Astronomía de la Universidad de Sonora (México)