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Entrevista al astronauta español Pedro Duque
Luis Alfonso Gámez

Mira, la estrella cometaCuando está fuera de su casa de Holanda, Pedro Duque no para. El jueves, el astronauta español se despertó en Madrid, dio una conferencia a mediodía en el Museo de la Ciencia de Valladolid y otra por la tarde en la Biblioteca de Bidebarrieta, en Bilbao. Compartió con la gente su experiencia en el transbordador estadounidense, la cápsula Soyuz y la Estación Espacial Internacional (ISS) y, mientras iba de un lado a otro, sacó tiempo para hablar con este periódico del presente y el futuro de los vuelos tripulados.

¿Qué ha hecho desde su regreso de la ISS, a finales de octubre?

-He vuelto al trabajo de siempre. La verdad es que no ha sido nada especialmente espectacular. En abril, durante el vuelo de mi compañero André Kuipers a la ISS, estuve en Moscú encargándome de las comunicaciones.

Y sigue trabajando en la construcción del laboratorio europeo Columbus.

-Ya estamos haciendo las últimas pruebas. La semana pasada y ésta, se está probando la conexión desde Bremen con los centros de control de otros sitios.

¿Hay fecha para su despegue y acoplamiento a la ISS?

-Como pronto, viajará al espacio a finales de 2006. Ésa es la fecha, siempre y cuando el transbordador espacial vuelva a volar en marzo o abril del año que viene.

Aunque todo salga bien, el Columbus habrá pasado años en el dique seco respecto al plan inicial.

-El último plan, que ya llevaba retraso, incluía su despegue en octubre de 2004, con lo que el accidente del Columbia supondrá una demora de dos años.

Estará ya todo terminado, ¿no?

-Sí. Pero vamos a aprovechar el tiempo extra para cambiar las pantallas de control, montar un nuevo sistema de vídeo, instalar programas más modernos y hacer otras modificaciones para las que antes no teníamos tiempo.

¿Subirá usted hasta la ISS para ponerlo en su sitio?

-Pues, no parece. Creo que lo llevarán mis compañeros de la ESA que están ahora en Houston, porque se trata de un vuelo del transbordador y hay que hacer varios paseos espaciales.

¿El accidente del Columbia, en febrero del año pasado, lo ha cambiado todo?

-Muchas cosas, incluida la mentalidad de mucha gente que creía que los vuelos espaciales eran algo rutinario, que estaba todo trillado. Se ha visto que no era así y se ha decidido cancelar el programa del transbordador en cuanto se acabe de construir la estación. Han cambiado muchas cosas, sobre todo en Estados Unidos. El resto de los países hemos tomado conciencia de que, en la medida de lo posible, hay que tener varias opciones para todo.

¿Qué va a pasar cuando se jubile la flota de transbordadores?

-Se espera que Estados Unidos destine la mayor parte de lo que ahorre al retirar la flota al plan de exploración de la NASA. Y que una pequeña parte vaya a parar a los programas rusos y europeos de transporte a la estación.

El regreso a la Luna

¿Se cree el plan de vuelos tripulados de Bush: ir a la Luna entre 2015 y 2020, y después a Marte?

-No lo sé. Se han presentado las líneas generales, pero faltan por concretar muchas cosas.

Sólo volver a la Luna ya es una apuesta fuerte. Kennedy cuadruplicó el presupuesto de la NASA en los dos primeros años del proyecto Apollo.

-Sí. En el punto álgido del programa Apollo, se gastaban 9 dólares anuales por cada ciudadano estadounidense.

¿Creen los astronautas más jóvenes que van a poder pisar otro mundo?

-La verdad es que no he hablado con ellos de esto, pero hay que tener ilusión. Además, cuanto más joven, más cosas se creen. De todos modos, no pienso que haya que descartarlo.

¿Se ve despegando del cosmódromo de Kourou, en la Guayana francesa, en un cohete Soyuz?

-Eso todavía está por hablar. El convenio que tenemos ahora con Rusia es muy esperanzador. Todo el mundo está muy ilusionado. Este mes va a haber nuevas reuniones y se van a firmar los acuerdos concretos; pero son para lanzar satélites. Ahora bien, eso no elimina la posibilidad de que los cohetes rusos puedan despegar de Kourou también con astronautas.

Ya se está estudiando, ¿no?

-Es algo que nos interesa muchísimo, pero que es complicado porque hay que modificar cosas en la rampa de lanzamiento y alrededores, y no es algo comercial, como el lanzamiento de satélites. Hay que ver por qué se hace.

Pero a los rusos igual también les vendría bien no depender sólo de Baikonur, que está en Kazajstán.

-Baikonur está fuera de territorio ruso, pero siempre han estado ahí y tienen todo lo que necesitan. Además, no hay el mínimo problema político entre ambos países y hace poco han renovado el convenio por un montón de años. La ventaja de Kourou para Rusia viene de estar en el ecuador, lo que permite lanzar a la misma órbita cargas más pesadas que desde Baikonur. Aún así, algunos europeos estamos muy ilusionados con que nuestros astronautas despeguen un día en cohetes desde Kourou en el futuro.

¿Esa posibilidad es muy lejana?

-Es factible que en esta década Europa lance un cohete con sólo astronautas europeos, como han hecho otros. Pero hay que trabajar mucho y colaborar estrechamente con Rusia.

«Es una pena que sólo se hable de la ISS cuando tiene problemas»

Decía antes que mucha gente pensaba, hasta que ocurrió la desgracia del Columbia, que los vuelos espaciales a órbita baja eran algo rutinario. Ahora, hay dos hombres permanentemente en la ISS y apenas se les presta atención.

-Es una pena que la gente sólo oiga hablar de la ISS cuando tiene problemas, pero, en fin, eso es lo que pasa con todo. Cuando se hacen las cosas bien, cuando el trabajo está bien hecho, normalmente se nota poco.

Durante y después de su visita a la ISS, responsables del Gobierno de Aznar adelantaron la posibilidad de que la próxima vez fuera para permanecer seis meses. ¿Qué hay de eso?

-Están muy en el aire todos los planes de Europa en el espacio y de España dentro del proyecto espacial europeo. La UE quiere que se duplique o triplique la inversión en investigación científica y tecnológica, y el Gobierno español también lo considera algo fundamental. Eso puede facilitar las cosas, que se pongan en marcha nuevos programas o se impulsen otros que ya existen. Es posible que, dentro de muy poco, tengamos una colaboración más frecuente con Rusia. Lo que pasa es que sólo cuando seamos socios de la estación podremos hablar de regularidad.

Cuando esté arriba el Columbus y seamos copropietarios del complejo.

-O, antes, cuando entre en servicio la nave automática de carga, un proyecto europeo cuyo primer vuelo está previsto para principios de 2005.

© 2004 El CorreoLuis Alfonso Gámez. Publicado con permiso. Prohibida la reproducción.

Pedro Duque