Sobrevuelo
La Cassini-Huygens, que se insertó en órbita alrededor de Saturno el pasado 1 jul 2004, sobrevoló ayer la luna más grande de Saturno, Titán a gran distancia. Al encontrarse tan lejos de la Tierra, siempre ha sido difícil distinguir rasgos en la superficie de este satélite más grande que Mercurio. La densa atmósfera que lo rodea hace imposible distinguir características en su superficie en el rango visible. La Cassini-Huygens aprovechó este sobrevuelo a 340 mil kilómetros para obtener imágenes de Titán en los rangos visible e infarrojo. Los resultados no han decepcionado a los investigadores: de hecho, los han sorprendido, y mucho.
Teoría echada por tierra
Las imágenes a través de la densa niebla muestran una extraña superficie y cúmulos nubosos de metano y, quizás, hasta un cráter. La imagen que abre este artículo, es un mosaico hecho a partir de imágenes individuales obtenidas por la Cassini. La región observada es el polo Sur de Titán en el rango infrarrojo para penetrar la atmósfera.
Los científicos de la misión explican que lo que se ven en estas imágenes son variaciones de brillo intrínsecos a la superficie, no sombras en la topografía ya que la luz solar es dispersada por la neblina. Hasta el momento, se creía que la superficie de Titán estaba dominada por hidrocarburos originarios del metano atmosférico, que se acumularían en los lugares más oscuros; los lugares más brillantes se corresponderían con mayor contenido de agua congelada. Sin embargo, esta teoría fue sentenciada ayer. Los datos del espectrómetro infrarrojo muestran que las áreas brillantes son mezclas de agua con componentes orgánicos, y las áreas oscuras, lugares con hielo en estado más puro.
La serie de imágenes obtenidas durante un periodo de cinco horas también evidenciaron cambios perceptibles en las nubes, tanto de posición como de forma. En el mosaico en blanco y negro que abre este artículo, las nubes -brillantes- ocupan unos 450 kilómetros en el Polo Sur de Titán, hemisferio donde ahora es verano y el Sol lo ilumina constantemente. Por tanto, las nubes podrían formarse debido a la insolación.
Nube de hidrógeno
Cassini también fotografió mediante su instrumento magnetosférico, una gran nube de hidrógeno que tiene su origen en la atmósfera de Titán. La región exterior de la atmósfera es bombardeada por partículas de alta energía que proceden de los cinturones de radiación de Saturno. De esta forma, la atmósfera de Titán va perdiendo material que se arremolina hacia Saturno. Esta nube de partículas es tan grande que habría espacio para el planeta con sus anillos.
Sin reflejos
Los científicos esperaban encontrar evidencias de la presencia de lagos o mares de hidrocarburos a partir del reflejo de la luz solar. Bob West, del JPL, afirma que «las simulaciones que he hecho indican que si el líquido superficial está en calma, no arrugado por olas, éste sería muy brillante, lo más brillante que veríamos en Saturno». De momento, nada parecido se distingue en las imágenes.
Más por venir
La ciencia es así: una prueba es suficiente para derrumbar las teorías más sesudas. Y eso que éste no ha sido más que un aperitivo del primer sobrevuelo cercano que la Cassini-Huygens tendrá sobre Titán en el mes de octubre, a menos de 1000 kilómetros de distancia, en el que además usará su radar para cartografiar su superficie.
Titán es un pequeño mundo que encierra grandes enigmas. Aunque cada planeta y cada luna son únicos, la densa atmósfera de Titán y su compleja composición lo convierten en un fetiche científico digno de una misión especial para él. La sonda Huygens aguarda paciente en la despensa de la Cassini para descender a la luna en enero de 2005.
Acabamos de llegar. Cassini tiene cuatro años y 44 oportunidades por delante para desvelar todos los secretos de Titán.
Referencias
- Cassini photos thrill, mystify scientists, Spaceflight Now (en inglés).
- Nota de prensa, NASA (en inglés).