Cómo, cuándo, dónde
Durante los próximos días vamos a poder disfrutar de la visión de un cometa brillante en nuestros cielos. Se trata del cometa C/2001 Q4 NEAT y se puede observar poco después de ponerse el Sol, mirando hacia poniente. Este fin de semana se encontrará atravesando la constelación zodiacal de Cáncer, pasando muy cerca del cúmulo abierto de estrellas M44 (también conocido como el Pesebre).
La mejor forma para ver el cometa es apartarse de las nocivas luces de las ciudades y, una vez localizado a simple vista, usar unos prismáticos para distinguir su estructura: la parte central, más brillante (la cabellera o coma) y la cola, que sale en dirección opuesta al Sol, y que tiene un tamaño aparente de unos 2° (4 veces el diámetro de la Luna llena).
C/2001 Q4 (NEAT) se comenzó a observar desde nuestras latitudes a principios de mes, aunque venía observándose desde el Hemisferio Sur hace meses. En los cielos australes rivaliza con el otro gran cometa de este año, el C/2002 T7 (LINEAR), que actualmente se puede observar antes del amanecer, eso sí, con más dificultad. En realidad, estos cometas no han sido los únicos observables a simple vista en el último mes: a finales de abril, el famoso astrónomo australiano Bradfield descubrió un nuevo cometa, C/2004 F4, que desarrolló una cola de 20° (40 veces el tamaño de la luna llena) y se pudo seguir de madrugada.
El C/2001 Q4 (NEAT) podrá observarse a simple vista durante los meses de mayo y junio pero el mejor momento para verlo es ahora, puesto que alcanzará su perihelio (su punto más cercano al Sol) el 16 de mayo, siendo en esos momentos cuando alcanza su máximo brillo. Después comenzará a debilitarse y a alejarse de nosotros, volviendo al frío espacio interplanetario del que procede.
Descubrimiento
El descubrimiento de este cometa se realizó en agosto de 2001 mediante el programa NEAT (Near Earth Asteroid Tracking, Seguimiento de Asteroides Cercanos a la Tierra) que se realiza desde un telescopio de 1.2m del Observatorio del Monte Palomar (Estados Unidos). NEAT barre continuamente el cielo y tiene como objetivo la búsqueda y seguimiento de todos los posibles cuerpos (asteroides o cometas) que pasen cerca de la Tierra. El principal interés es conseguir hacer el censo de todos estos objetos puesto que, algunos de ellos, son potencialmente peligrosos y podrían pasar cerca de nuestro planeta… incluso chocar. Sin embargo, no es nada fácil catalogar los asteroides y los cometas porque, al ser cuerpos poco masivos, están muy afectados por las influencias gravitatorias de los planetas. Así, es bastante difícil conseguir determinar sus órbitas (esto es, su recorrido a través del Sistema Solar) con cierta precisión.
Los cometas
Un cometa no es más que un enorme trozo de roca helada que contiene grandes cantidades de gases congelados. Normalmente estos cuerpos se sitúan muy lejos del sistema solar interno, permaneciendo inertes. Sin embargo, cuando caen cerca del Sol, comienzan a despertarse, evaporándose los gases y liberando grandes cantidades de polvo. Es así como se desarrollan las preciosas colas cometarias, que pueden alcanzar millones de kilómetros de tamaño.
Los cometas provienen de los restos congelados de la formación del Sistema Solar, la nube de Oort, situada a medio año luz de distancia. Al estudiar los cometas se analiza la composición química del medio interestelar que originó el Sol y los planetas, hace unos 5000 millones de años. Así, son verdaderas cápsulas del tiempo.
Más información
- Elementos orbitales y efemérides del C/2001 Q4 (NEAT). Unión Astronómica Internacional (en inglés).
- Historia del descubrimiento, Cometography (en inglés).
- C/2004 Q1 (NEAT), Sociedad de Observadores y Cometas de España (SOMYCE).