Este domingo, intente hacer algo fuera
de lo común: levántese a las 3 a.m. Vístase bien abrigado.
Salga afuera. Mire hacia arriba.
Si el cielo está nublado, regrese a la cama. Si está despejado,
siga mirando. No va a pasar mucho tiempo antes de que usted observe algo que
hará que la salida valga la pena: un meteoro luminoso — ¡y
un auténtico pedazo del cometa Halley!
«Se trata de la lluvia anual de meteoros Oriónidas», explica
Bill Cooke, miembro del equipo de Ambiente Espacial (Space Environments
team) del Centro Marshall para Vuelos Espaciales (MSFC por su sigla
en inglés) de la NASA. «Cada año en octubre, la Tierra pasa
a través de una corriente de residuos polvorientos, desechados hace mucho tiempo
por el cometa Halley». Cuando los pequeños restos del cometa —
no más grandes que granos de arena — chocan con la atmósfera
de la Tierra y se desintegran, se transforman en «estrellas fugaces».
Arriba: La artista
Duane Hilton creó esta
imagen de un meteoro Oriónida dibujando una línea luminosa sobre un
grupo de robles dorados cerca de Bishop, California, EEUU.
La lluvia de meteoros Oriónidas — llamados así porque
parecen salir de un punto (llamado radiante) ubicado en la constelación
de Orión — alcanzará su intensidad máxima en la
madrugada del domingo 21 de octubre. Los observadores del cielo ubicados
al norte del ecuador, si tienen cielos despejados, podrían llegar
a detectar de 15 a 20 meteoros cada hora, antes del amanecer. Los observadores
ubicados al sur del ecuador verán casi el mismo número: entre
10 y 15 meteoros por hora.
Este año el radiante de las Oriónidas será fácil encontrar. Estará cerca del hombro de Orión, el Cazador,
que a su vez se localizará aproximadamente en el centro de un llamativo
triángulo formado por Sirio — la estrella más brillante
del cielo — y los planetas gigantes Júpiter y Saturno. Estas estrellas
y planetas, observados desde latitudes medias del hemisferio norte, se
observan hacia el lado sureste de la bóveda celeste, antes del amanecer.
Aunque, según algunos observadores con experiencia,
mirar directamente en dirección al radiante no es la mejor manera de observarlos. Los meteoros
Oriónidas que aparezcan allí le parecerán cortos y
débiles — como resultado de verlos muy de frente. En vez de ello, mire
hacia alguna región oscura del cielo a unos 90 grados del radiante.
Así verá la misma cantidad de Oriónidas, pero le parecerán
más largos y atrayentes. Las colas de todos los meteoros Oriónidas,
no importan donde aparezcan, apuntarán hacia el radiante en Orión.
Arriba: Los observadores
ubicados en latitudes medias del hemisferio norte pueden localizar el radiante
de la lluvia de meteoros Oriónidas, hacia el sureste de la bóveda
celeste cerca de las 3 a.m., hora local, este 21 de octubre. Haga clic
aquí para
ver un mapa del cielo en el hemisferio sur (N del T: los habitantes
del hemisferio sur, posiblemente estarán en Horario de Verano y
para ellos, Orión se levantará a las 2 a.m. hora local).
Los Oriónidas de octubre son parientes de las Eta Acuáridas
— una lluvia de meteoros visible en mayo, y que se observa preferentemente
en el hemisferio sur. Ambas han surgido del cometa Halley.
«La Tierra pasa cerca de la órbita
del cometa Halley dos veces por año, una vez en mayo y
otra en octubre», explica Don Yeomans, administrador del Programa de Objetos
Cercanos a la Tierra (Near-Earth Object Program) del Laboratorio de Propulsión
a Chorro (Jet Propulsion Laboratory) de la NASA. A pesar de que el cometa
propio se acerca a nosotros con muy poca frecuencia —
ahora está más allá de la órbita de Saturno
y tardará otros 60 años en regresar cerca de la Tierra —
los restos polvorientos del Halley se mueven constantemente a través
del sistema solar interior y producen estas dos frecuentes lluvias de meteoros.
En
1986, la última vez que el Cometa Halley pasó cerca del Sol,
el calor de nuestra estrella evaporó unos 6 metros de hielo polvoriento
del núcleo del cometa. Esto es común, aseguran los investigadores.
El cometa Halley ha estado visitando el interior del Sistema Solar cada
76 años desde hace milenios, dejando regada una estela de polvo
cada vez.
Al principio, los granos de polvo recién liberados siguen al
cometa — lo que significa que no pueden alcanzar a nuestro planeta. Las órbitas de
la Tierra y el Halley, están separadas,
en su punto más cercano, por unos 22 millones de kilómetros
(0.15 UA). Los granos, sin embargo, eventualmente se separan y algunos
emigran hasta ubicarse en rumbo de colisión con la Tierra.
«Las partículas que abandonan el núcleo se alejan de la
órbita del cometa, principalmente por dos razones», explica Yeomans.
«Primero, las perturbaciones gravitacionales producidas por los encuentros
con los planetas son diferentes [para los granos y para el cometa]. Segundo,
las partículas de desecho son mucho más afectadas por la
presión que ejerce la radiación (luz) solar que el propio
cometa».
«La evolución orbital de los restos del Halley es un problema
muy complicado», dice Cooke. Nadie sabe exactamente cuánto tiempo
tardan las partículas — del tamaño de granos de polvo- del
Halley en moverse hacia una órbita que cruce la de la Tierra — tal vez
siglos o incluso miles de años. Una cosa es segura, sin embargo: los «meteoros
Oriónidas son antiguos».
Y rápidos. «Estos micro-meteoros chocan con la atmósfera de la
Tierra a una velocidad de 66 km/s (lo que equivale a 237 600 km/h ó
148,000 mph)», continúa. Sólo los meteoros Leónidas
de noviembre (72 km/s) son más rápidos. Esos meteoros a veces
dejan «trazos» (residuos incandescentes de la estela del meteoro) que permanecen
en el cielo por segundos, o incluso minutos.
Izquierda:
La nave Giotto
de la Agencia Espacial Europea logró capturar esta imagen cercana
del núcleo del cometa Halley. Los chorros brillantes indican zonas
que están expulsando material, que tal vez algún día
llegue a la tierra como meteoros Oriónidas o Eta Aquáridas.
[más información]
Cooke y un grupo de sus colegas, dirigidos por Rob Suggs del Directorado
de Ingeniería del MSFC, observarán las Oriónidas
este fin de semana desde Huntsville, Alabama. Utilizarán para esto un conjunto de
cámaras de imagen intensificada, que pueden detectar estrellas muy
débiles, hasta de magnitud
8. (En comparación, el ojo humano sin la ayuda de un telescopio
puede ver, contra un cielo muy oscuro, estrellas tan tenues hasta de magnitud
6. Una estrella de magnitud 8 es 6.3 veces más débil que
una estrella de magnitud 6.)
«Esta será nuestra preparación para la tormenta
de meteoros Leónidas del próximo mes», dice Suggs. «Planeamos
colocar estas cámaras, que fueron desarrolladas en la Universidad
del Oeste de Ontario (Western Ontario University), alrededor del
mundo, para supervisar la actividad meteórica del 18 de noviembre».
Esa será la fecha, en que la Tierra pasará a través
de toda una serie de estelas de desechos del cometa habitual Tempel-Tuttle,
lo que posiblemente desencadenará una lluvia de meteoros con una
intensidad de miles de estrellas fugaces por hora.
«Las Oriónidas no producirán, ni remotamente, tantos
meteoros como las Leónidas», agrega Suggs, «pero, al igual que las
Leonidas, las Oriónidas son rápidas, lo cual nos dará
una buena oportunidad para probar nuestro sistema.»
La próxima semana Ciencia@NASA presentará los resultados
de las filmaciones de Suggs sobre los meteoros de este fin de semana, y nos
dará más detalles sobre la próxima lluvia de meteoros
Leónidas. ¿Pero, para qué esperar? Usted puede comenzar
a calentar motores como preparación para las Leónidas este
mismo fin de semana. Simplemente salga afuera, mire hacia arriba, y observe
como regresa el cometa Halley … en pedacitos.
Nota del Editor: A
diferencia de la mayoría de las lluvias anuales de meteoros, las
Oriónidas no muestran un máximo muy destacado. La cantidad
de meteoros se incrementa por unos pocos días, alrededor del
21 de octubre. Si no es conveniente la madrugada del domingo, intente, en
cambio, observar las Oriónidas antes del amanecer del sábado
o del lunes.
Enlaces a la Red |
Las Oriónidas — más información, incluyendo la historia detallada de esta lluvia, escrita por Gary Kronk. Las Oriónidas son parientes de las Eta Aquáridas. Pronósticos El Cometa La órbita |