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La vieja historia del asteroide 2001 PM9 (o las peores vacaciones de mi vida)
Andrea Milani

Mira, la estrella cometa

La historia comienza en la mañana del 11 de
agosto de 2001
, Hora Europea Central (CET), aunque en Arizona
es noche cerrada a esa hora, y la nueva estación de observación de
asteroides de Monte Palomar, donde la cámara del NEAT ha comenzado a
funcionar hace tan sólo unos meses, estaba cumpliendo con su trabajo
eficientemente. Uno de los descubrimientos de esta noche se movía más
rápido que lo permitido para un asteroide del cinturón principal, por
lo que los datos fueron enviados inmediatamente al Centro de Planetas
Menores, donde fueron publicados en la Página de Confirmación de Objetos
Cercanos a la Tierra.

Durante la noche (CET) del mismo
día
, 11 de agosto, en la isla de Elba, me dirigía a casa en
una moto Suzuki cuando la rueda delantera resbaló. No me pregunten
cómo pasó, porque soy el primero que querría saberlo: quizá la
carretera estaba inusualmente resbaladiza, quizá soy demasiado viejo
para conducir una moto. Cuando mi esposa Ana llegó, yo estaba tendido
en el suelo de la carretera, y ya había una ambulancia en camino:
estaba bastante hecho polvo.

La misma noche, pero más
tarde, sobre la medianoche (CET), en la República Checa, Jana
Ticha, Milos Tichy y un ayudante (J. Jelinek) estaban en su
telescopio de 57 cm para recuperar el Asteroide Cercano a la
Tierra descubierto unas horas antes por el NEAT, y como de
costumbre tuvieron éxito. Poco más de una hora después, se
observó el mismo objeto desde el cercano observatorio de
Ondrejov, y al día siguiente, cuando era de noche en el
continente americano, los telescopios NEAT de Palomar y
Hawaii lo tenían de nuevo. Hubo observaciones de un
observatorio amateur, el Observatorio Powell, en Louisburg, y
en la noche del domingo 12 de agosto, Ticha y Tichy lo
observaron de nuevo. En ese momento había 22 tomas de datos
individuales de 5 observatorios, en un lapso de tiempo de 2
días. Gareth Williams, del Centro de Planetas Menores, decidió
que era suficiente para anunciar el descubrimiento de un nuevo
Asteroide Cercano a la Tierra (Near Earth Asteroid
NEA): sólo en este punto recibió el objeto su «denominación»,
2001PM9, por la cual se lo conocerá (hasta que cambie de

nombre cuando sea numerado). La Circular Electrónica de

Planetas Menores (MPEC) que iba anunciar el descubrimiento,
preparada por Williams en la noche del domingo, fue difundida
por Internet y ya había amanecido en Europa cuando fue
recibida.

[2001
PM9]
Esta imagen muestra un trozo del cielo de la
constelación de Pegaso, donde fue localizado 2001 PM9 durante
la noche del 16 de agosto. La información proporcionada en la
esquina inferior derecha corresponde a las coordenadas exactas
del centro del campo. (pulsa en la
imagen para ver una versión más grande
)

A las 10 AM (CET), la página del NEODyS
de la Universidad de Pisa actualizó la lista de NEAs procesando todos
los MPECs recibidos durante las últimas 24 horas. En el proceso,
calculó la Distancia de Intersección Orbital Mínima (MOID) y la
incertidumbre orbital y, como función de estas dos cantidades,
actualizó la lista de prioridad para la monitorización de impactos:
con una MOID del orden de la distancia de la Luna, y con una órbita
muy pobre resultado de un arco de observación de sólo 2 días, el 2001
PM9 se colocó inmediatamente a la cabeza de la lista. A las
13:00
, otro programa informático llamado CLOMON, siguiendo
las indicaciones de la lista de prioridad, comenzó a calcular todos
los posibles impactos del 2001 PM9 con la Tierra desde hoy hasta el
año 2080. A las 17:49, CLOMON envió a todos los
colaboradores de NEODyS el siguiente mensage de alarma:

Asunto: DETECTADA POSIBLE COLISIÓN:
2001PM9
Por favor, leer 2001PM9.new
y 2001PM9.risk

Puede pensar que esto es para tener miedo, pero
recibimos mensajes de este tipo casi todos los días. La mayoría son
falsas alarmas, esto es, casos en los que es posible una aproximación
dentro de la distancia de la Luna, pero que tras un examen por parte
de un operario humano, el fichero de salida .new resulta indicar que
una colisión no es compatible con las observaciones disponibles. Sólo
en unos pocos casos se genera el fichero .risk (riesgo), con indicaciones de
posibles encuentros interiores a 1 radio de la Tierra, que significa
colisión. Desafortunadamente, en este caso el fichero 2001PM9.risk no
sólo existe, sino que indica un posible impacto en el año 2003.
La probabilidad de un suceso así, estimada con la base de conocimiento
disponible en ese momento, era diminuta, alrededor de 1 entre 10
millones, pero la fecha era muy cercana, y el diámetro del asteroide
se podía estimar entre 500 y 1.100 metros, suficiente para tener
efectos catastróficos.

Hasta ahora, la historia parece tener un mensaje
positivo: el sistema ha funcionado, el problema de este
«Impactaor Virtual» (pulse aquí para saber más acerca de
los
Impactores virtuales
) se está teniendo en
cuenta, toda la gente implicada ha hecho su trabajo de manera muy
profesional, ¿por qué tendríamos que preocuparnos? Y, en efecto, hasta
ahora, a nadie implicado en los observatorios, en el MPC y en el equipo
del NEODyS se le ha pasado por la cabeza hacer sonar ningún tipo de
alarma, porque es muy probable que el problema se solucione de la
manera habitual: cuando lleguen nuevas observaciones, se repetirán los
cálculos de impactos con una menor incertidumbre orbital, y en la
mayoría de los casos el VI simplemente desaparecerá. El diablo está en
estas seis palabras: «en la mayoría de los casos».

En la mañana del jueves 14 de agosto, las nuevas
observaciones del 2001 PM9 recibidas en otra MPEC fueron procesadas
por el NEODyS a las 10:00. Como se esperaba, la incertidumbre
disminuyó significativamente, pero ¿había desaparecido el VI? El
software CLOMON se ocuparía del 2001 PM9 a las 13:00, pero en este
caso especial alguien se impacientó y lanzó manualmente el cálculo de
impactos a las 10:38. Puede que se pregunte quién hizo esto, ya que yo
aún estaba en la isla de Elba, metido en la cama con hielo en mi
rodilla. En realidad, ¿quiénes son los que están detrás del
NEODyS ?

El 14 de agosto, el día en el que
yo debía estar de vuelta de mi fin de semana en moto, la Profesora
Sansaturio, conocida universalmente como Genny, estaba dirigiendo el
NEODyS conectada remotamente desde Valladolid (España). Bajo
circunstancias normales, siempre puede consultarme si hay algo de lo
que no está segura. En particular, ella nunca se ha ocupado sola de
una crisis de Impactor Virtual: con mi ausencia continua, el 14 de
agosto estaba completamente a cargo por primera vez. A las
13:37, los cálculos de las aproximaciones futuras del
2001 PM9 estaban completos, y desafortunadamente ocurrió lo peor: la
posibilidad de un impacto en 2003 también era compatible con las
observaciones de un arco de 3 días, y la probabilidad se había
incrementado hasta 1 entre 5 millones. Esto funciona de la siguiente
manera: si se utiliza una colección de obserbaciones distinta, la
probabilidad debe cambiar; en la mayoría de los casos, la probabilidad
decrece hasta cero, pero en casos más raros primero aumenta, para
luego decrecer (de nuevo, en la mayoría de los casos) cuando están
disponibles más observaciones. Genny consultó a Steve Chesley, que
estaba siguiendo la situación desde el JPL.

Un cálculo rápido realizado por Steve mostraba que
la posición de este posible suceso en la escala de
Torino
seguía siendo cero.

Por tanto, la conclusión a la que llegaron Genny y
Steve el 14 de agosto era la siguiente: como el caso del 2001 PM1 era
cero en la escala de Torino, no había necesidad de informar a los
responsables de la UAI y comenzar una revisión técnica formal
antes del anuncio. Como el asteroide todavía era fácilmente
observable, no había necesidad de notificar a los observadores de que
debían observarlo, lo harían de todas maneras. Por otra parte, podría
ser extremadamente perjudicial mantener en secreto información acerca
de la posibilidad de un impacto: más tarde esto podría ser considerado
como un encubrimiento y una falta de respeto por el derecho a la
información del público, e incluso alimentar alguna de las teorías de
conspiraciones tan populares entre la franja lunática. Así que
decidieron exhibir el fichero 2001PM9.risk en la «página de riesgo»
del sitio del NEODyS.

Por supuesto, Genny sabía que aunque estuviera
actuando sin consultar conmigo, la apoyaría porque de cualquier manera
es mi responsabilidad. Pero todavía estaba bastante nerviosa sobre el
asunto, y decidió que tenía que hacer algo más que sentarse y esperar
nuevas observaciones. La oportunidad para ello tiene que ver con otra
isla: Mallorca, donde había conocdo a Jaime Nomen, que está a cargo de
un observatorio amateur cerca de Tarragona, en la costa española:
Ametlla del Mar (código de obs. 946). Sólo tiene un telescopio de 40
cm, y 2001 PM9 tenía menos de 19 de magnitud, pero cuando Nomen
recibió de Genny la petición de observación y las efemérides, se
preparó para intentarlo. Para no repetir su historia (lea «Sentimientos de un
observador aficionado de NEAs» de Jaime Nomen, publicado por
Tumbling Stone
), es suficiente decir que la
ejecución de CLOMON llevada a cabo el 16 de agosto mostró que las
observaciones de Ametlla del Mar eran suficientes para contradecir la
posibilidad de un impacto en 2003, pero dejaban abierta la posibilidad
de impactos en 2005 o 2007. También existía la posibilidad de un
impacto en el año 2042, con una probabilidad de 1 entre 1
millón.

Yo todavía estaba fuera de combate, pero Genny y
Steve pudieron contactar con Giovanni Valsecchi, que estaba de
vacaciones en otra playa mediterránea más. Apoyó la idea de publicar
los resultados de la última ejecución del CLOMON en la página de
riesgo, pero cuando pidió la activación del Nodo Central de la
Fundación Spaceguard para solicitar más observaciones, tuvo
dificultades, porque todo el mundo estaba de vacaciones. El 15 de
agosto, o Ferragosto, es el día festivo más sagrado del calendario
italiano: verdaderamente nadie trabaja. Sólo el día siguiente, el 16
de agosto, pudo Valsecchi contactar con Andrea Boattini, que estaba en
San Marcello Pistoiese (código de obs. 104) para intentar observar el
2001 PM9, aunque también tenía un telescopio de 40 cm.

El grupo del JPL, que por supuesto había estado
informados pode Chesley, también había calculado aproximaciones del
2001 PM9 utilizando el Monte Carlo, un método muy diferente del
utilizado por CLOMON. El 16 de agosto, Paul Chodas confirmó que la
posibilidad de impacto en 2003 o 2005 realmente existía, pero que no
estaba contento con los nuevos datos: «Con los datos del 15 de
agosto, la probabilidad casi ha desaparecido, pero no he calculado un
valor preciso nuevo porque Steve y yo no estamos muy contentos con los
grandes residuos de las nuevas observaciones.» Ciertamente, las
observaciones desde observatorios amateurs de un asteroide en el
límite de la detectabilidad y con unos telescopios tan pequeños,
tienen grandes residuos, algunas incluso tienen que descartarse.
Esto puede parecer un asunto muy técnico, pero déjeme intentar
explicarlo. Las probabilidades de impacto que calculamos no son más
que la transformación de las probabilidades que asignamos a los
errores de observación. Por ejemplo, si creemos que las observaciones
astrométricas no pueden tener residuos de más de 2 segundos de arco, y
la órbita que lleva a una colisión deja residuos de 3 segundos de
arco, entonces podemos decir que tal órbita es incompatible con las
observaciones. Pero, si no estamos seguros de la calidad de las
observaciones, porque se han obtenido bajo condiciones particularmente
difíciles por telescopios demasiado pequeños para la tarea, ¿cómo
podemos afirmar que ese encaje de menor calidad es imposible? **
Nos gustaría tener algún telescopio profesional y comparablemente más
grande para proporcionar datos más fiables. Esto no debe entenderse
como una falta de aprecio por los esfuerzos de los aficionados, sino
que necesitamos estar seguros antes de proclamar que los impactos
pueden ser excluídos, por la buena razón de que tras un anuncio así,
se le dedicaría menos atención a ese asteroide, y si el «todo
correcto» hubiera sido prematuro, correríamos el riesgo de perder
a un amiguito potencialmente peligroso.

En la noche del 16 de agosto ,
finalmente volví a Pisa (en tren). En cuanto pude conectarme a
Internet desde el ordenador de mi casa, intenté averiguar qué había
pasado viendo los mensajes y por teléfono. La situación era todavía
fluida, en el sentido de que todavía teníamos Impactores Virtuales que
no habían sido contradichos por las observaciones, pero estaban
llegando otras observaciones y tenían que ser procesadas. Normalmente
esto se hace una vez al día, no sólo por el tiempo de CPU requerido
para los cálculos, sino porque el MPC proporciona las observaciones de
NEAs sólo una vez al día. Como alternativa, podemos ejecutar NEODyS y
CLOMON manualmente cuando recibimos observaciones directamente de los
observatorios, pero esto implica una mayor probabilidad de error. Por
tanto, tomé la heroica decisión de no hacer nada hasta que pudiéramos
echarle un vistazo a los nuevos cálculos basados en los datos
disponibles del MPC en la mañana del 17 de agosto, y mientras tanto
consultar a todos los compañeros qué hacer. El problema siempre es el
mismo: ¿debemos hacer algo más visible, para obtener más colaboración,
también de observatorios con telescopios más grandes? ¿o debemos
mantenernos en silencio y esperar a que las observaciones lleguen de
manera «natural»?

Quizá deba aprovechar esta oporunidad para revelar
uno de esos «secretos» que no son tan secretos para los expertos.
Podemos averiguar con exactitud cuándo y quién ha accedido a nuestra
página de riesgo (o cualquier otra página de nuestro servidor)
consultando el registro del demonio http. Por eso sabemos que nadie de
la comunidad astronómica profesional se había enterado de nuestra
publicación, aunque había estado durante más de 2 días. Esto es,
aunque no lo estábamos manteniendo en secreto, no obstante nadie sabía
nada. ¿Es nuestra responsabilidad despertar a los miembros de la
comunidad científica de asteroides? ¿O es su responsabilidad estar al
tanto de una página que se sabe que a veces tiene anuncios
importantes? No conozco la respuesta a estas preguntas.

El 17 de agosto, el MPC proporcionó
observaciones adicionales del 2001 PM9 hechas el 15 de agosto desde
Sormano (un observatorio italiano amateir, aunque especialmente bien
organizado), pero las de San Marcello todavía no estaban listas
(porque Boattini necesita utilizar un método dificultoso,
superponiendo distintas tomas para detectar el débil objetivo); las
observaciones nuevas de Ametlla del Mar tampoco estaban, a causa del
extraño problema con el que se encontró Jaime
(lea
«Sentimientos de un observador aficionado de NEAs», de Jaime
Nomen
). Cuando la ejecución de CLOMON
terminó a las 13:42, los resultados son algo desalentadores. El
Impactor Virtual de 2042 ya no está, pero los de 2005 y 2007 siguen
ahí, y por supuesto su probabilidad se ha incrementado a 1,7 y 1,3
entre un millón, respectivamente.

Decidí pasar un par de horas analizando los
resultados sobre la base de la

escala de «Palermo»
. Los resultados
eran bastante malos: la mejor estimación de la energía de impacto para
este asteroide, utilizando un albedo y una densidad «ordinarias», era
de 11.700 megatones (MT). Por tanto, la «energía esperada» para los
VIs de 2005 y 2007 eran 20 kilotones (KT) y 15 KT, respectivamente. La
energía esperada es un concepto delicado, obtenido multiplicando la
energía del impacto, en el caso de que se dé, por la probabilidad de
que ocurra realmente. Así podemos comparar el riesgo específico de
cada Impactor Virtual con el riesgo de nuestro planeta de ser
alcanzado por un objeto con esta energía o mayor dentro del tiempo que
hay hasta la fecha del posible impacto. En este caso la conclusión era
la siguiente: el 2005 VI representa un 2,5% del riesgo de fondo (hasta
2005), mientras que el 2007 representa el 1,3% del riesgo de fondo
(¡hasta 2007!). Esto está puntuado en la escala de Palermo como -1,59
y -1,89 (0 correspondería a un suceso completamente equivalente a todo
el riesgo de fondo hasta esa fecha).

Estos números no parecen muy grandes por sí mismos,
pero son impresionantes si son comparados con los casos anteriores
(pulse aquí para saber más
acerca del XF11 y el AN10
).

Dicho sencillamente, el 2001 PM9 era un caso
delicado: el 0 en la escala Torino nos permitía anunciarlo sin tener
que ir a través del procedimiento formal de la UAI, pero esto no nos
permite tomárnoslo a la ligera.

En ese momento pedí formalmente a Valsecchi y
Boattini que publicaran el anuncio de una nueva campaña especial de
observación en la página web de la Fundación Spaceguard; esto lo
hicieron esa misma tarde, haciendo volver a G. D’Abramo de sus
vacaciones. Luego escribí un mensaje a Hans Rickman, Secretario
General de la UAI, Dave Morrison, presidente del WGNEO, y Rick Binzel,
secretario del WGNEO; también envié una copia a Franco Pacini,
presidente de la UAI. Aparte de explicar la situación del 2001 PM9 a
los responsables de la UAI, señalé que eso no era un procedimiento de
revisión formal de la UAI, sino que, por sentido común, si estábamos
de acuerdo en que la proximidad de la fecha de impacto era relevante
para el público (y para nosotros) en cuanto a la percepción de riesgo,
era un caso del que debían estar informados. Esto no implicaba que se
requiriese inmediatamente algún tipo de acción especial por parte de
la UAI, aunque sería posible solicitar apoyo de la UAI más tarde si no
conseguíamos tener una respuesta suficiente de los observadores.

Sábado, 18 de agosto. CLOMON estaba
ejecutando nuevos cálculos, incluyendo las observaciones de Boattini,
Nomen y las de Garradd, y yo estaba en mi ordenador ejecutando un
análisis de la aproximación del 2001 PM7 hasta 2007 utilizando otro
programa, una versión interactiva y con menús que suelo utilizar para
desarrollar y verificar los resultados de los cálculos automatizados.
Los resultados no podían ser peores. No en el sentido
de que las nuevas observaciones habían sido inútiles: por el contrario,
mejoraron significativamente la órbita y, de hecho, cuando la
ejecución de CLOMON estaba completa, a las 12:28, el fichero
2001PM9.risk desapareció: esto es, nuestro sistema automático de
monitorización de impactos no podía encontrar ningún Impactor
Virtual.

Desafortunadamente, un escrutinio minucioso de la
salida, además de mis cálculos interactivos, indicaban que esto no era
un resultado fiable. El problema de la calidad de los datos, del que
ya éramos conscientes, nos había alcanzado. Dicho sencillamente,
basamos nuestra afirmación de que alguna colisión está en
contradicción con observaciones adicionales en el hecho de que, para
permitir que la órbita con colisión sea una solución verdadera para un
asteroide dado, debemos admitir valores para los residuos
(observaciones menos predicción) mayores que los permitidos por
nuestro conocimiento de los procedimientos de observación. Para esto
normalmente establecemos el límite del valor del parámetro
convencional sigma (que establece la dimensión de la
región
de incertidumbre
) en 3. La colisión de 2005
podía ocurrir para un valor de sigma entre 3 y 3,5. Esto es, sólo los
residuos un poco mayores que los que normalmente permitimos sería
compatible con un impacto. Pero nosotros sabíamos que las
observaciones de este objeto tienen de alguna manera menor calidad de
la normal, porque tras las dos primeras noches sólo se había observado
con telescopios más pequeños que los que se tendrían que haber
utilizado para un objetivo tan débil. Por tanto, los datos
provinientes de observatorios amateur eran muy útiles, pero no podían
sustituír completamente a los de los observatorios con telescopios
mayores, que todavía faltaban. Bajo esas condiciones, no podía mandar
un mensaje de «todo correcto»: estaba completamente convencido de que
la probabilidad de impacto en 2005 había disminuído con respecto a los
cálculos del día anterior, pero no estaba en posición de asignar un
nuevo valor a la probabilidad. Es más, para el año 2007, la salida de
nuestros programas automáticos contenía un mensaje de error, indicando
que el programa había fallado al calcular la mínima distancia de
aproximación posible. Esto tenía una causa completamente distinta,
llamada regreso resonante
interrumpido
. (pulse aquí para saber más
acerca de la resonancia
)

A las 13:09 envié el siguiente
mensaje a toda la gente implicada hasta en el momento en esa
discusión:

«No hay nada que podamos hacer, aparte de 1) hacer más ruido, en
particular pedir a los observadores profesionales con telescopios más
grandes que hagan observaciones más precisas […] 2) desarrollar al
vuelo una teoría nueva, para que nuestra monitorización, que fue
anunciada como la que iba a proporcionar seguridad a nuestro planeta
hasta 2080, pueda al menos funcionar para 2007. Quizá esta manera de
desarrollar nuevas teorías bajo adrenalina, que tuvo tanto éxito en
1999, sea lo que necesitemos ahora. Estaré trabajando en el CLOMON2
esta tarde y mañana. Giovanni Valsecchi estará aquí el lunes. El
desarrollo de la teoría de la desviación resonante quizá pueda esperar
hasta el final de la próxima semana.» La oscura última frase se
refiere a la hipótesis más pesimista: ¿qué pasa si ocurría lo peor,
esto es, si acabábamos concluyendo que es posible un impacto en 2005 o
2007, y si realmente tal posibilidad era confirmada por las siguientes
observaciones hasta que se hiciera probable? La única manera de
proteger nuestro planeta sería aprovechar la aproximación de 2003 para
aplicar un impulso de desviación al asteroide; pero esto requeriría
desarrollar una teoría adecuada de tales maniobras sobre una órbita
resonante. Esto da una idea del mal humor que tenía. Afortunadamente
para mí, tiendo a raccionar a estas crisis de manera positiva,
poniéndome a trabajar. Quizá el trabajo se hizo más intenso por el
hecho de que difícilmente podía andar, por lo que sentarme en el
ordenador todo el fin de semana era la mejor elección para permitir
que mi rodilla se recuperase alguna vez.

El domingo, 19 de augosto, a las 16:37,
envié otro mensaje más optimista, por dos razones. Primero, los nuevos
datos llegados con el MPEC de la mañana habían restringido más las
posibilidades de una aproximación cercana en 2005 y 2007. Segundo,
había conseguido aplicar la inédita teoría del regreso resonante
interrumpido a la aproximación de 2007, y encontré que realmente
existe una distancia mínima posible incluso en ese extraño caso. Esta
distancia mínima, gracias también a los nuevos datos, era bastante
grande, más de 2.000 radios de la Tierra. Por tanto podíamos afirmar
que la crisis se había acabado, al menos para los años que hay hasta
2008.

Este final feliz aparente no era, sin embargo, el
verdadero final. Para poder quitar la página de riesgo de la página
web del NEODyS, necesitábamos poder afirmar que todas las
posibilidades de impacto hasta el año 2080 podían ser descartadas.
Aunque los Impactores Virtuales para los años posteriores tenían menos
probabilidad, ypor supuesto una puntuación mucho menor en la escala de
Palermo, todavía se seguían detectando y no podíamos detener los
cálculos hasta que pudiéramos descartarlas también. Esto requería
ejecutar nuestros programas de búsqueda de impactos hasta esa fecha:
pero ¿debíamos ejecutar el viejo CLOMON, que no funcionó bien para
2007, o debíamos ejecutar el nuevo CLOMON2, que acababa de comenzar a
funcionar y no había sido depurado correctamente? Y ¿podíamos sacar
esas conclusiones sólo a partir de las observaciones amateur, sabiendo
como sabíamos que eran de menor precisión de la habitual?

Entiendo que en ese punto ha habido y habrá en el
futuro muchas polémicas. Per, desde mi punto de vista, declarar que se
ha acabado la crisis de un Impactor Virtual es un paso mucho más
delicado que comenzar esa crisis. Cuando tenemos un fichero .risk
no vacío, no hay duda de que tenemos que publicarlo en la web y
ejecutar las acciones necesarias para asegurar que se obtienen nuevas
observaciones. Para eliminar un fichero .risk del servidor web,
necesitamos saber que todas las posibilidades de impacto listadas
dentro han sido contradichas fiablemente por las observaciones. ¿Qué
se supone que tenemos que hacer cuando «algunas» de las posibilidades
de impacto han sido contradichas, mientras que para el resto los
resultados no son concluyentes, o ni siquiera están disponibles porque
nuestros cálculos no han acabado? ¿Deberíamos editar a mano el fichero
y añadir algunos comentarios a algunas de las líneas de la tabla? ¿Se
supone que tenemos que hacer algún tipo de anuncio de la forma
«las peores posibilidades de impacto, las de los próximos 6 años,
han sido eliminadas; para el resto seguimos investigando»? ¿Quién
se sentiría tranquilo con esto?

Tras una discusión con mis compañeros, decidí
mantener el «antiguo» fichero .risk en el servidor web. El caso era
que la crisis no se había acabado completamente, todavía se
necesitaban observaciones, y este era el mensaje que estábamos
enviando al dejar el fichero de riesgo ahí; el contenido específico
del fichero no estaba actualizdo, pero esto estaba señalado en
el propio fichero
mediante una clara indicación de las
observaciones utilizadas en los cálculos. La SGF también decidió que
la campaña especial de observación del 2001 PM9 no debía declararse
cerrada en ese momento. De hecho, las primeras observaciones del 2001
PM9 por un observatorio profesional (después de las del descubrimiento
y los dos primeros días) se habían realizado en la noche del sábado al
domingo (por el Tichy), pero no habían sido distribuídos por la
MPC.

Los programas informáticos de búsqueda de impactos,
incluyendo el nuevo CLOMON2 con su supuesta capacidad de manejar
«retornos resonantes interrumpidos», estubieron corriendo toda la
noche del domingo al lunes (comprensiblemente, el nuevo programa no
había sido optimizado y era mucho menos eficiente). El lunes
20 de agosto,
G. Valsecchi estaba conmigo en Pisa, y
analizamos la salidas del viejo y el nuevo programa. Aunque todo eso
era nuevo y había muchos puntos en la teoría y en el software
que necesitaban ser aclaradas, por la tarde llegamos a la conclusión
de que, incluso teniendo en cuenta la incompleta teoría del
«interrumpido», incluso permitiendo unos márgenes para justificar la
precisión menor de lo habitual de las observaciones, no había
posibilidades de impacto hasta 2080.

Algunos comentarios del
autor…


E
n el mensaje enviado el 20
de agosto a las 17:33, simultáneamente con la eliminación
del fichero .risk del servidor web, a los responsables de
la UAI para anunciar que la crisis había acabado, hice
dos comentarios: Primero, no se da siempre el caso de que
los asteroides recién descubiertos puedan tener impactos
sólo dentro de muchas décadas: para el 2001PM9, con los
datos que teníamos hasta el 14 de agosto, no podíamos
excluír la posibilidad de un impacto en 2003; más tarde,
los impactos de 2005 y 2007 aún eran posibles. Segundo,
la respuesta de la comunidad de astrónomos aficionados
fue rápida y muy eficiente, mientras que los astrónomos
profesionalos no han contribuído en nada. Esto es algo
sorprendente, ya que el anuncio de que se requerían
urgentemente nuevas observaciones se publicó en páginas
web (como la del NEODyS y la SFG) y en listas de correo
(Lista de Correo de Planetas Menores) muy conocidas por
los profesionales. Si se toma en cuenta que en algún
sentido yo mismo soy un aficionado, ya que los fondos
para este proyecto específico han sido denegados por
las autoridades científicas relevantes de mi país, puede
ver que existe un problema de responsabilidad por parte
de la comunidad de astrónomos profesionales en relación
con este tema de posibles impactores.

Ciertamente ésa es la sensación que tengo sobre el
asunto del 2001 PM9. De acuerdo con la Escala Técnica de
Palermo, ésta ha sido la tercera amenaza más grande que
hemos tenido hasta la fecha, y las actividades necesarias
para asegurar un manejo adecuado de este caso han estado
en manos de un puñado de aficionados. No me ofendo si
se me incluye en la lista de aficionados, más bien he
propuesto esa calificación yo mismo. ¿Es aceptable que
el manejo adecuado de un serio problema de protección
ambiental dependa de lo resbaladizas que estén las
carreteras de la Isla de Elba? ¿De que Genny acabe de
visitar Mallorca? ¿De un software escrito en
el acto, bajo la presión de una crisis, por una persona
encerrada en su oficina el fin de semana? ¿No debería
la humanidad destinar una cantidad razonable de recursos,
quizá sólo una fracción de los destinados normalmente a
la investigación astronómica, para manejar todos estos
problemas de manera profesional?

© Copyright Tumbling Stone 2001

Las imágenes de este artículo son
cortesía de Jaime Nomen. Traducido por Gabriel Rodriguez
Alberich

2001 PM9