¿Cómo nació la Astrología?
Lawrence Jerome afirma en «Objections to Astronomy» lo siguiente: «La
astrología propiamente dicha, tuvo su comienzo en Babilonia como un sistema de
lectura de señales que presagiaban el destino de reyes y reinos».
Contemporáneamente los egipcios perfeccionaban un sistema de sitios de manera
que los ángulos entre los planetas, establecían «presagios».
En aquel momento se ignoraban ciertas leyes físicas y entonces se buscaban
explicaciones no racionales: los astros presagiaban el futuro.
Los griegos posteriormente, combinaron los sistemas babilónico y egipcio,
creando una cosmología matemática, una filosofía del Universo.
En pleno siglo II D.C., Claudio Ptolomeo, en su libro el «Almagesto», describe
el sistema de las «casas», dividiendo la zona cercana al plano de la eclíptica
(por dónde se mueven los planetas, la Luna y el Sol, en su movimiento
aparente) en 12 sectores. Cuando el Cristianismo prevaleció en el Imperio
Romano, se comenzó a combatir tímidamente a la Astrología, aunque poco se
podía hacer al respecto. San Agustín, obispo de Hipona 365-430), condenó a la
Astrología, porque absolvía a los pecadores y le atribuía las culpas «al
Creador y gobernante del cielo y las estrellas».
A pesar de esto, la Astrología en el siglo XII, volvió a resurgir. Entre los
siglos XIV y XVII, en pleno Renacimiento, las ideas se transformaron. Nicolás
Copérnico en su obra «De revolutionibus orbium coelestium», propuso que los
planetas se mueven alrededor del Sol, y no en torno a la Tierra, como creían
casi todos los antiguos, incluyendo a los astrólogos. Éstos últimos
reaccionaron diciendo que siendo lo fundamental las posiciones de los astros
con respecto a la Tierra, el nuevo concepto de Universo, no los afectaba en lo
más mínimo. No obstante, en ese momento, la Astrología cayó en descrédito y
casi en el olvido.
¿Qué pasó para que en los últimos años esté nuevamente en auge?
Analicemos
científicamente el caso. Hace unos 20 años, 192 científicos (entre ellos 19
Premios Nobel), firmaron una declaración que dice: «Es sencillamente un error
imaginarse que las fuerzas ejercidas por las estrellas y los planetas en el
momento del nacimiento puedan determinar de manera alguna nuestro futuro.
Tampoco es cierto que la posición de los lejanos astros determine que ciertos
días o períodos, sean más favorables para ciertas acciones, o que el signo
bajo el cual se nace decida la compatibilidad o incompatibilidad con otras
personas».
Miguel Ángel Sabadell, el astrofísico español, se pregunta: «¿Por qué el amoníaco de Júpiter puede influir en nuestro carácter y el que tenemos en el
armario de nuestra cocina no?».
Todos los científicos se preguntan también como los astros influyen en el
momento del nacimiento y no en el momento de la fecundación, que justamente es
dónde se determinan los caracteres del individuo.
El astrólogo Vicente Cassanya dice: «Es una influencia casi total, marcan el
carácter, el temperamento y parte del destino, pero no sabemos cual es el
mecanismo. La Física de partículas y la Biología acabarán dando respuestas a
estas preguntas».
Los científicos señalan que la atracción gravitatoria no puede incidir, en el
momento del nacimiento. El médco obstetra ejerce una atracción gravitacional
seis veces superior, que la que ejerce el planeta Marte, sobre el recién
nacido. Por otra parte se ha demostrado que la propia madre, ejerce una
fuerzadoce millones de veces superior a la de la Luna, en el nacimiento, pese
aque la Luna es el astro más cercano. Evidentemente que la masa del médico y
de la madre es inmensamente menor a la de Marte y la Luna, pero la distancia
(factor gravitatorio importantísimo) también es inmensamente mayor.
Nos quedan muchas interrogantes que la Astrología no nos responde. He aquí
algunas de ellas:
- ¿Por qué la influencia de los astros es en el momento del nacimiento y no
en la fecundación? ¿Acaso las radiaciones, luego de recorrer millones de
kilómetros, son incapaces de llegar al vientre materno? - ¿Por qué los gemelos nacidos con pocos minutos de diferencia, a veces no
siguen el mismo destino? - Si producen nacimientos más allá de los círculos polares (en el Norte hay
muchas poblaciones), pueden ocurrir en momentos que no estén los signos del
Zodíaco sobre el horizonte durante semanas. ¿Cómo se deciden los rasgos de
esos individuos cuyo signo no se vé? - ¿Por qué son los signos del Zodíaco, siendo que ocupan una pequeña región
de la «bóveda celeste»? - ¿Por qué se habla de 12 signos omitiéndose a Ofiuco y la Ballena, por
dónde también se proyectan astros del Sistema Solar? - El planeta Urano fue descubierto en 1781, Neptuno en 1846 y Plutón en
1930. ¿Cómo es que estos planetas no ejercían influencia alguna antes de su
descubrimiento, y sí fueron influyentes después de descubiertosd? - ¿Por qué se insiste en un sistema de «casas», que representa un cielo de
más de 2000 años atrás? - Si algún día un astronáuta pasara a vivir en un planeta distinto, Marte
por ejemplo, ¿cambiaría su signo zodiacal o su carácter? - ¿Por qué los horóscopos de los diarios, revistas, radio, televisión,
Internet, sólo nos dicen generalidades o consejos que son válidos para
cualquier signo zodiacal? - ¿Por qué tantas veces predicen catástrofes, romances, triunfos deportivos,
descubrimientos de vacunas contra el SIDA y después no se concretan? - Los animales y las plantas son seres vivos ¿la Astrología influye en
ellos?
¿Por qué tanta gente cree en la Astrología?
Algunos simplemente tienen una gran fe. Otros la aceptan por no encontrar
respuestas satisfactorias en otros órdenes de la vida, ni siquiera en la
Religión
La fe en la Astrología es un amargo trago que debemos resistirnos a aceptar.
No debemos seguir pensando como hace cientos de años atrás. En el siglo XXI no
debemos ser tan ingenuos como para pensarque el destino de la Humanidad se
decide en la bóveda celeste. Nuestro destino se decide por el esfuerzo
constante y siempre apoyándonos en la CIENCIA.
Dice la Sociedad Norteamericana de Estudios Sociológicos y Sociales: «La fe
en la astrología es perjudicial, pues fomenta la evasión de los problemas
permanentes de la vida real».
Carl Sagan, por su parte afirmó: «Se observa un renovado interés por las
doctrinas anecdóticas, como la astrología. La amplia aceptación de la que
gozan trasluce una falta de rigor intelectual y una grave carencia de
escepticismo. Son filigranas de la ensoñación.»
Mientras la Ciencia investiga seriamente los grandes enigmas del Universo,
otros explotan la ingenuidad de la gente.
Los seres humanos debemos procurar superarnos con nuestro esfuerzo. Somos
nosotros los únicos responsables de nuestro destino y no los astros.
Hebert Pistón Rodríguez es miembro de la Sección Coordinación Local de
Enseñanza y Divulgación de la Liga Iberoamericana de Astronomía y Profesor de Astronomía integrante de la Red de Observadores de Astronomía de Uruguay.
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