Michel Mayor y los planetas extrasolares
Junto a su compañero Didier Queloz, Michel Mayor anunció en 1995
el descubrimiento del primer planeta extrasolar, situado en la
estrella 51 Pegasi. No era una fotografía lo que había obtenido,
sino un gráfico que mostraba la perturbación del planeta cuando
orbitaba a la estrella. Hasta el momento son responsables de la mitad
de los 67 cuerpos con menos de 17 masas jovianas [de Júpiter]
descubiertos hasta la fecha.
En info.astro nos hemos puesto en contacto con Michel Mayor para que
nos hable sobre cómo ve el futuro de la investigación sobre planetas
extrasolares. Hoy en día, el descubrimiento de planetas parece algo
normal. ¿Qué avances veremos en los próximos años?
Según Mayor, el primer gran avance que veremos próximamente es «la
imagen de un planeta extrasolar y el espectro de este planeta», con
lo que conseguiremos conocer con detalle su composición y dinámica.
«En siete o diez años, con la detección fotométrica desde el espacio
de los tránsitos planetarios, tendremos la primera detección de un
planeta extrasolar, quizás algunos de ellos en la zona habitable».
Entre las sondas que harán posible esa detección el exoplanetólogo
citó la futura sonda de la ESA Eddigton.
Para el futuro lejano, Michel Mayor opina que «en unos 20 años, se
tendrá el análisis de la composición de la atmósfera de los planetas
terrestres con misiones espaciales tipo Darwin (ESA) o Terrestial Planet Finder (NASA) ¡e
incluso la detección de las primeras evidencias de vida en otros
planetas!».
Pero hoy en día, la mayoría de planetas encontrados son muy diferentes
al nuestro y de hecho, apenas hemos encontrado unos pocos sistemas
planetarios con sólo dos planetas gigantes. Preguntado sobre si la
falta de sistemas es un hecho real o si es resultado del método usado
para su descubrimiento, el astrónomo es tajante: «Sí, aún no
hemos detectado planetas gigantes de largo periodo, porque no tenemos
medidas de un periodo lo suficientemente largo. Usando la técnica de
velocidad radial, estamos limitados a la detección de planetas
gigantes gaseosos, como Saturno o Júpiter».
¿Es esta limitación exclusivamente de la técnica o existen
condicionantes económicos y de tiempo de observación en los
telescopios? «En tierra, la respuesta es que la situación no es tan
mala. Pero sin duda –reflexiona el astrónomo– podríamos esperar una
mayor prioridad de algunas misiones espaciales para encontrar
planetas, como los observatorios Eddington, Gaiga y
posteriormente Darwin».
Rafael Rebolo y las atmósferas celestes
Rafael Rebolo es uno de los investigadores españoles con mayor
proyección internacional. Ha sido pionero en la investigación y
descubrimiento de los objetos subestelares. En 1994, gracias a
fotografías obtenidas en los observatorios canarios encontró la
primera enana marrón, pequeñas estrellas abortadas que no logran
mantener activado el proceso de fusión en sus núcleos.
Rebolo desarrolló el denominado Test de Litio para diferenciar
las estrellas frías de las enanas marrones mediante la toma de
espectros: en las estrellas el litio se destruye. Este mismo test
de Litio es el que ha servido en el estudio que publica en
Nature junto al grupo de Michel Mayor sobre la planetofagia
estelar. El astrónomo español, profesor del Centro Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) y Coordinador de Investigación del
Instituto de Astrofísica de Canarias.
No es este, empero, el primer trabajo publicado. En verano de 1999, M.
Livio y L. Siess (del STScI) publicaron un trabajo similar, a partir
de un catálogo de estrellas con exceso de emisión infrarroja. ¿Qué
novedades aporta su trabajo sobre HD 82943? Rebolo nos explica que
«nuestro estudio es empírico, es decir, aporta medidas. La idea que
hay detrás de nuestro trabajo es distinta a la de Livio. Nosotros
usamos el isótopo de litio-6, mucho más frágil que el litio-7, y
extraordinariamente raro en estrellas. Esto es lo completamente
novedoso. Este isótopo es preservado en planetas y en enanas marrones
poco masivas. Con él pensamos que podríamos realizar un test a las
teorías de migración de planetas extrasolares».
De hecho, el astrofísico español detalla que en esta
devoración, «no estamos hablando de la absorción de un planeta
por una estrella que pasa a la fase gigante», como le sucedará a la
Tierra dentro de unos 4000 millones de años. «Estamos hablando de una
estrella normal como el Sol donde hemos tratado de encontrar algún
rastro sobre la existencia de otros posibles planetas»
Aplicado con éxito a HD 82943, preguntamos a Rebolo si esperan
encontrar Li-6 en todas las estrellas con planetas gigantes con
órbitas excéntricas o existe algún proceso que lo destruya con el paso
del tiempo: «No, solamente en las estrellas que tienen una zona
convectiva superficial suficientemente delgada para poder mantener el
litio-6 que les aportase una hipotética caida de planetas hacia ella
podemos pretender estudiar la caida de planetas. En estrellas
idénticas en masa al Sol, la zona convectiva es suficientemente
profunda para producir la destrucción de este isótopo en escalas de
tiempo cortas comparables con su vida y por tanto nuestro test no
funcionaría».
Gracias al estudio de atmósferas estelares anómalas, el IAC también ha encontrado evidencias
sobre la existencia de hipernovas. ¿Queda mucho «jugo» que
sacar a este método? «Estoy convencido de que esta es una técnica que
nos va a proporcionar mucha información sobre procesos de muy distinta
índole. Como bien apuntais la hemos empleado para estudiar la historia
de sistemas con estrellas alrededor de agujeros negros y estrellas de
neutrones. Ahora decidimos usar la misma estrategia para aprender un
poco acerca de lo que puede haber ocurrido en estrellas que tienen
sistemas planetarios, como la que nos ocupa en este trabajo».
Conociendo la trayectoria del equipo investigador del IAC en estos
ámbitos, estamos convencidos que no tardarán en volvernos a
sorprender.