En julio del año pasado, el observador argentino Sebastián Otero llamó la atención sobre el cambio de brillo de delta Scorpii, una de las estrellas más brillantes de la constelación.
Normalmente la estrella estaba situada en la magnitud 2,3, pero durante el 2000 llegó a alcanzar la magnitud 1,9.
Este incremento situó a delta Sco como la más brillante de las estrellas que componen la cabeza del Escorpión. Durante el final del año, la estrella declinó su brillo. Estas semanas, al regresar al cielo nocturno, los observadores han recuperado a delta Sco de nuevo en su máximo, alrededor de magnitud 1,8-1,9.
delta Sco es una gigante azul (tipo B). Según las observaciones visuales y espectrográficas, delta Sco está teniendo una erupción de tipo GCAS. La variable protipo GCAS, gamma Cassipeae, subió de magnitud 2,3 a 1,6 durante 1937. Estuvo en el máximo durante varios meses para bajar a la magnitud 3,0 y quedarse en ese estado durante tres años. Tardó 15 años en volver a su magnitud original. Si este va a ser el caso de delta Sco, los observadores tienen en esta estrella un blanco fascinante.
Las observaciones de la Liga Iberoamericana de Astronomía han servido de base para el trabajo publicado por Otero en el Boletín Informativo de Estrellas Variables (ICVS), El comportamiento óptico de delta Sco.
La AAVSO ha dispuesto para los observadores una carta preliminar con las estrellas de comparación. La curva de luz de delta Sco está realizada son datos no normalizados de la AAVSO.