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Las fuentes de la juventud... de Marte
Víctor R. Ruiz

Mira, la estrella cometa

Imagínese en mitad de un desierto, donde hace siglos que no cae
una gota de agua. Y de repente, ante sus ojos, se muestra a lo lejos
un oasis. ¿Será un espejismo? ¿Estará sufriendo alucinaciones? Algo
así debieron sentir los miembros del equipo de imagen de la Mars
Global Surveyor
(MGS) al estudiar algunas de las fotografías que
la sonda ha estado enviando a la Tierra desde 1997. El anuncio que ha
realizado la NASA esta semana muestra que en el Planeta Rojo surgen
espontáneos manantiales de algún líquido, creando torrentes.


Marte es un desierto. Pero incluso el desierto más desértico
de la Tierra es, efectivamente, un oasis si lo comparamos con las
condiciones medioambientales marcianos. La temperatura media de Marte
es bajísima, de cerca de -50° C, aunque en el ecuador, los
termómetros en los días del verano podrían marcar por encima del cero.
Estas condiciones son similares a las del polo sur terrestre, en la
Antártida. Y desde luego, allí hay agua en abundancia, en forma de
hielo.

El problema de Marte es su ténue atmósfera. Para que el agua se
conserve en la superficie de Marte, al menos en estado sólido, la
presión debería ser mucho mayor. Pero no es así. Y en estas
condiciones el agua se sublima o evapora y escapa a la atmósfera. En
la atmósfera marciana, compuesta en la actualidad por un 95% de
dióxido de carbono, y sin una capa de ozono que lo evite, las
moléculas de agua pueden ser rotas por los rayos ultravioleta. Para
colmo, la poca masa de Marte hace difícil que retenga aquellas
moléculas y elementos más ligeros, incluyendo la del H2O, y ya no
digamos el oxígeno y el hidrógeno. Un panorama muy feo para cualquiera
que pretenda darse una ducha en Marte.

Aunque esta es sólo parte de la historia. En Marte existe
agua en cantidades industriales en el casquete de su polo norte y
queda al descubierto durante el verano. Posteriormente, las bajas
temperaturas hacen que el dióxido de carbono de la atmósfera se
congele y cubra el hielo (de agua). Y aún es más, desde que en 1972 la
sonda Mariner 9 descubriera canales, lechos de ríos y valles,
el resto de misiones, como la Mars Pathfinder y su rover, no
han hecho más que confirmar que el agua corrió feliz en Marte en un
pasado remoto, entre 3000 y 4000 millones de años. Pero ¿dónde fue a
parar tal cantidad de agua? Parte podría haber escapado al espacio,
pero muchos geólogos creían que se habría filtrado al subsuelo.


Precisamente, este es el argumento de la película «Desafío
Total», con Arnold Schwarzenegger y Sharon Stone. El héroe se ve
embarcado en una misión interplanetaria para descubrir que, hace
millones de años unos extraterrestres construyeron una máquina que
sublimaba todo el hielo subterráneo de Marte, haciendo incrementar la
presión atmosférica, permitiendo que el agua corriera por su
superficie y terraformando el planeta… ¿y todo instantáneamente?
Bueno, ya sabemos que en Holliwood nada es imposible.

Lo que Malin y Edgett presentaron la pasada semana son
evidencias de que en un pasado reciente, y quizás en la actualidad,
parte de estas supuestas reservas subterráneas de agua salen a la
superficie a través de paredes, originando formaciones
características. Estos resultados se han obtenido a partir de unas 150
imágenes, del total de 20 000 que componen hasta el momento la
videoteca de la MGS.


Esta centena y media de torrentes marcianos presentan por lo
general forma similar a un balcón de teatro, que sangra pared
abajo. Poseen uno o dos canales principales o secundarios que fluyen
también hacia abajo. En los pies de la formación se observa además un
abanico de depósitos.

Malin y Edgett han propuesto un modelo para explicar estas
formaciones. Edgett explica que «cuando el agua se evapora, enfría la
superficie, esto puede hacer que el agua detrás del afluente inicial
se congele. Esto haría que la presión vaya aumentando detrás del dique
helado. Finalmente, el dique se debería romper y el torrente sale
hacia el barranco». El agua no saldría en estado puro, sino mezclada
formando barro (con un 10% o 30% de agua), ya que de lo contario se
evaporaría instantáneamente al salir a la superficie. Este proceso se
repetiría periódicamente.

La cantidad de agua de uno de estos torrentes podría suplir
las necesidades de cien personas durante 20 años, ¡sin reciclar! Aún
así, el ancho de estos torrentes ocasionales de agua es de pocos
metros. Esto indica que el aflorecimientos de agua son eventos de
corta duración.

En que estos torrentes sean tan pequeños y no hayan sufrido,
aparentemente, el azote de la erosión, indica que deben ser
geológicamente recientes. En este sentido, los científicos suelen
contar el número de cráteres de una zona para estimar su edad. En los
abanicos de los amás de 150 torrentes observados, sólo se ha
encontrado impacto en uno de ellos, lo que también da algunas pistas
sobre la edad.

En una de las imágenes tomadas por la MGS en Nirgal Vallis, el
abanico cubre parcialmente una zona de dunas. Por tanto, el torrente
es más joven que las dunas. Además, las dunas tampoco presenta impacto
alguno. Si esta dunas marcianas, que al igual que en la Tierra suelen
moverse, son dinámicas hoy en día (algo que se desconoce a ciencia
cierta) podría indicar que el torrente tiene unos pocos cientos de
años.

Pero ¿de dónde viene el agua en realidad y qué condiciones
permiten que se encuentre en líquida en el subsuelo? Los
investigadores creen que está a unos pocos cientos de metros de
profundidad. El agua se movería horizontalmente por las rocas, a causa
de diferencias de presión, hasta encontrar en algún momento la
superficie.

Algo que ha suscitado la extrañeza de los científicos es la
localización de los torrentes. Más del 90% se encuentra al sur del
ecuador de Marte donde los terrenos son más altos (y por tanto, con
menor presión) y casi todos entre 30° y 70° de latitud,
lugares mucho más fríos que el ecuador. Por si fuese poco, los
torrentes son amigos de las caras montañosas que reciben menos luz,
aquellas que miran hacia los polos. El modelo de dique congelado puede
explicar parte de estas estadísticas. En las caras que reciben mayor
cantidad de energía solar, los diques no pueden formarse y el agua se
evapora rápidamente impidiendo la formación de los torrentes.

Vale, vale. Todo esto está muy bien, pero vamos al grano: ¿hay
vida en Marte o no? Desde luego, para los estándares que se promueven
en la Tierra, sin agua no hay vida. Si parece confirmarse que ayer o
hace cien o unos pocos miles de año, el agua afloró a la superficie
creando torrentes, eso hace casi incontestable que en el subsuelo de
Marte hay agua. En qué abundancia, quedaría por saber. En cualquier
caso, si en el pasado el Planeta Rojo desarrolló formas de vida, éstas
podrían haberse adaptado a los cambios climáticos y pervivir en estos
momentos debajo de la superficie. Desgraciadamente, a parte de las
fotografías de los torrentes, esto son conjeturas.

La NASA se ha tomado con cierta tranquilidad este anuncio y,
al contrario que en 1996 cuando anunció las evidencias de
microbacterias en un meteorito, ha querido llevar este asunto por los
cauces científicos y no por los políticos (por cierto, algo
absolutamente inusual). Es muy probable que las agencias espaciales,
incluida la europea, retoquen sus programas de exploración en vista de
estas evidencias, y se lancen a buscar agua en latitudes medias. La
conquista del planeta por parte de humanos es aún un sueño, aunque la
localización de reservas de agua de fácil acceso en esas latitudes
medias aumentaría considerablemente las posibilidades de alcanzarlo.
Los responsables de la NASA, de todos modos, hacian incapié en que por
mucho que quisiéramos, aún no hemos desarollado la tecnología
suficientes para ir a Marte.

Una pena. Después del 30 aniversario de la conquista lunar,
seguimos no poseemos aún un lugar permanente en el espacio desde donde
dar el salto a otros lugares de nuestro Sistema Solar. La Estación
Espacial Internacional está todavía en construcción y la Mir espera su
sentencia de muerte final. Paradójico. El Sputnik se lanzó en 1957 y
el Apollo 11 llegó a la Luna en 1969… desde entonces, hemos seguido
dando vueltas a nuestro propio planeta. Pero el tiempo sigue jugando a
favor de la evolución, de otra especie, porque mientras no nos
preocupamos de buscar otro «techo» para emplazar colonias humanas, las
probabilidades de impacto con un asteroide o un cometa siguen
aumentando. ¿A qué esperamos? ¡Demos el salto!

Finalmente, y en vista de la cantidad de muestras de gratitud
por el seguimiento de la noticia, damos de una vez, a todos, las
gracias por confiar en info.astro. Es un honor poder sembrar la
semilla de la curiosidad científica a los lectores y visitantes del
web.

Lo que queda de la noticia: Del rumor al artículo.

Parece mentira, pero ya ha pasado una semana desde que
NasaWatch destapó la primicia
(y la seguimos puntualmente desde info.astro). La NASA, incluso, se ha
permitido hacer un guiño a ese web, haciendo que su corresponsal en la
rueda de prensa del jueves fuera el primero en preguntar. Desde ese
día, hasta al jueves, corrieron ríos de tinta por distintos foros y
webs sobre qué es lo que se podría haber descubierto, y se especulaba
desde agua líquida en la superficie a vida inteligente.

Haciendo un poco de repaso a lo que dijimos en info.astro,
la primera noticia que dimos fue
la más fiel a los hechos. Desde luego era «REALMENTE importante» y así
se lo hizo saber a la Casa Blanca la agencia espacial estadounidense.

Sin embargo, horas después, NasaWatch afirmaba que «fuentes
informadas de la NASA sugieren que el artículo podría tratar sobre el
descubrimiento de agua helada en la región de Valles Marineris en
Marte». Desde luego, ni era agua helada, ni había absolutamente nada
en Valles Marineris (situada en el ecuador de Marte). Además,
finalmente Clinton no ofreció ninguna declaración a este respecto
(bastante ocupado ya con la presentación del Genoma Humano).

El miércoles, después de amanecer en Europa, la BBC publicaba
información detallada del
inminente anuncio. Sin embargo, sólo la mitad de lo publicado era
cierto. No había agua líquida en Candor Chasm (Valles Marineris) y
tampoco el agua supuestamente encontrada poseía cambios estacionales.
Ah, quien dijo aquello de «para encontrar vida en Marte deberíamos
seguir el agua» no fue Daniel Goldin, sino otro de los responsables de
la NASA.

No es de extrañar que con estas noticias pululando por los
medios de comunicación, la NASA decidiera
adelantar la rueda de prensa
para el día siguiente, jueves. Y es que, si la NASA nos hubiera dejado
una semana más calentandonos las neuronas, habrían descubierto hasta
petróleo en el subsuelo marciano.

Agua en Marte